El final de curso se acerca también para la Escuela de Artes y Oficios, aunque todavía son unas cuantas cosas las que tienen que suceder, también de cara al público en general, antes de que llegue el periodo vacacional. Una de esas últimas citas en la exposición que el pasado viernes se abrió en el paraninfo del centro y en la que se pueden tanto las obras ganadoras como las seleccionadas en la última edición del certamen de artes plásticas que los alumnos organizan y en el que compiten.
En realidad, el concurso, que se lleva desarrollando varios años, es una excusa más para dinamizar la ya de por sí actividad de los estudiantes del espacio, alumnos que en este último año han rondado las 900 matriculaciones y que ahora mismo se encuentran en pleno periodo de reserva de plazas para el periodo 2014-2015, siempre y cuando este curso se pueda celebrar.
Es público y notorio que la escuela está viviendo un 240 aniversario complicado, sobre todo a raíz de la postura que están tomando las instituciones públicas que componen su patronato, unas circunstancias adversas que aún así no están consiguiendo detener la marcha de este motor cultural de la capital alavesa, o por lo menos no las ganas de seguir desarrollando su actividad.
Y en ese camino, cómo no, lo esencial es el peso del alumnado, que no sólo es parte activa de las exposiciones que cada mes propone Artes y Oficios (que el próximo 6 de junio abrirá la última muestra de este curso) sino que también colaboran en el desarrollo o impulsan iniciativas como la revista Art-Off o el mencionado certamen de artes plásticas, en el que tienen cabida todas las disciplinas que ofrece la escuela y al que se invita a tomar parte a toda la comunidad educativa, exceptuando el profesorado.
Hasta mediados de junio, la muestra que recoge a ganadores y seleccionados está abierta al público, recayendo el protagonismo en los nombres ya conocidos de Blanca Quintana, Myriam De Miguel y el dúo formado por Aitor Salazar y Amaia Lauzurika.
En lo que se refiere a Quintana, la artista presenta Dibujos del natural, una muestra que está formada por 26 dibujos rápidos realizados en sesiones de posados que duran entre dos y 15 minutos.
"Son trabajos de línea trazados con lápiz o tinta sobre papel blanco y trabajos de luces con lápiz blanco sobre fondo negro", describe la autora, cuyo trabajo también se puede contemplar a través de blancaquintana.wordpress.com.
En lo que respecta a De Miguel, ella ofrece al espectador Relatos de silencio. En su caso, la exposición está formada por ocho grabados y cinco pinturas que reflexionan sobre el silencio. "Me interesó especialmente el tema cuando descubrí la sinfonía 4'33'' de Jonh Cage, una obra musical sin nota alguna", comenta la autora, que describe que sus piezas "son escenas abstractas, algunas con referencias figurativas, que hay que ver despojando la mente de ruidos. Porque escuchar el silencio permite oír sin prejuicios, y descubrir el reflejo de uno mismo".
A ellas se unen Salazar y Lauzurika con elespectadorausente. A partir de la premisa de que los museos de arte han muerto, ambos quieren "hacer obras de arte para que no las vea nadie, que es lo que termina pasando de todas maneras. Queremos llegar a espacios donde no vive nadie y llenarlos de objetos artísticos que les pertenezcan. Pretendemos hacer reflexionar al espectador. Llamar su atención. Colorear a un espectador ausente. Pretendemos ser el ruido del aire acondicionado en esa desierta sala de exposiciones".
A ellos hay que sumar la selección de otras creaciones seleccionadas. Todo ello llena el paraninfo durante estas semanas.