no es la primera vez que pasa. Lo que comienza siendo una tontería sin importancia termina por convertirse en una verdadera tendencia. Pues bien, eso es lo que parece que está pasando con las Rainbow Loom, o lo que es lo mismo, las pulseras de gomitas de colores que niños de todo el Estado hacen en cuestión de minutos y con una facilidad que pasma a cualquiera.

Un complemento que, como muchas otras veces ocurre, se convierte en fiebre cuando lo comienzan a lucir famosos de todo el mundo. Vamos, que los que no sabían que son las pulseras de marras ya se han enterado, sobre todo después de que esta semana la luciera Kate Middelton. Sin en algún momento se pensó que era una horterada, ahora es de lo más fashion. Sobre todo si se tienen en cuenta que todo, absolutamente todo lo que se echa encima esta mujer se convierte en un super ventas. Así que la Duquesa de Cambridge la ha lucido parda luciéndola en la muñeca durante su viaje oficial por Oceanía. Convierte en oro todo lo que toca. Ha pasado con sus vestidos, sus abriguitos y por supuesto sus zapatos, como las cuñas que también lucía esta semana, fabricadas en Alicante. Ya sólo falta que se la ponga Kate Moss para que la coloque en Olimpo de la moda? Al tiempo.

Y es que las pulseras de gomas o de ligas es la última fiebre en complementos hechos a mano que ha llegado a los patios de colegios y hay tutoriales en YouTube sobre cómo hacerlas: con dos tenedores (tan difícil a primera vista que sientes que sólo un niño podría conseguirlo), con dos lápices o rotuladores y un corcho (éste ha sido visto más de un millón de veces en YouTube), con pinzas...

Son los apaños caseros para sustituir el Rainbow Loom, una máquina que funciona como una especie de telar y que inventó en Estados Unidos el malayo Cheon Choon Ng. Este ingeniero jefe en el departamento de pruebas de choque de Nissan y padre de dos niñas patentó una máquina para hacer pulseras con gomitas con la que ha ingresado más de 100 millones de dólares. Hay que reconocer que para lo que algunos llaman la gomamanía se requiere dedicación y paciencia para llevar a cabo un procedimiento que recuerda al macramé.