pamplona - La relación que le unió tanto a Jorge Oteiza como a su colega de oficio Sáenz de Oiza ha sido determinante para que el arquitecto Rafael Moneo (Tudela, 1937) haya aceptado ser el nuevo presidente del Patronato de la Fundación Museo Oteiza, una entidad de la que habla con admiración y agradecimiento.
¿Cómo acoge este nombramiento?
-Me siento muy halagado y agradecido de que los patronos me hayan pedido que asuma la presidencia, algo que se debe en buena parte a que yo soy uno de los únicos miembros del patronato que ha tenido la suerte de conocer tanto a Jorge Oteiza como a Francisco Javier Sáenz de Oiza, y de estar también muy próximo a la figura de Juan Huarte, que tanto ayudó a ambos y a la Fundación. No sé si podré estar tan presente como quisiera, por el hecho de vivir lejos, pero me parecía que debía asumir ese papel.
Es un punto positivo que sea un presidente de consenso, algo que no ocurría en el patronato de la Fundación desde la figura de Juan Huarte?.
-Sí, es algo que responde al deseo de todos de trabajar conjuntamente en un proyecto; y por otro lado, a pesar de las diferencias que haya podido haber en el patronato en otras épocas, lo cierto es que la Fundación ha cumplido con el interés que está en su origen, que es que la figura de Oteiza mantenga su vigencia, no solo como artista y escultor, por supuesto, sino también como hombre de cultura que atendió a disciplinas tan distintas. La Fundación ha ido publicando todos los libros de Oteiza como crítico, como poeta, ha dado cuenta de su interés por otras disciplinas como la música? La Fundación ha sido capaz de mantener viva la figura de Oteiza, y en ese sentido ha cumplido extraordinariamente bien sus propósitos fundacionales. Y yo, cuando cada dos meses voy a Alzuza, no puedo por menos que disfrutar de encontrarme en un lugar que creo que es atractivo para mucha gente. El Museo está impecable, y las exposiciones que se van haciendo tienen mucho interés de cara a conocer la obra de Oteiza y de sus coetáneos. Es una Fundación a la que se debe ayudar a que siga una trayectoria y un plan.
Y en ese sentido, ¿qué es a su juicio lo prioritario ahora mismo?
-A muy corto plazo, se está trabajando en el catálogo razonado de la obra escultórica de Oteiza, desde hace ya mucho tiempo. Txomin Badiola ha dado muestras de un gran rigor en la investigación, y a lo mejor en cuatro o seis meses habrá ocasión de presentarlo? Contar con un corpus razonado de la obra de Oteiza es algo necesario.
¿Y a largo plazo, qué objetivos se marca para la Fundación?
A largo plazo, el objetivo es mantener la condición de santuario, garantizar que todo el que se interese por la obra de Oteiza encuentre en su casa de Alzuza el más completo archivo sobre su obra. Es un fin que puede parecer esperado, pero no por ello es menos importante. También, claro, seguir impulsando más estudios sobre la persona y la obra de Jorge Oteiza, porque ahí hay un filón y una dirección importantes que ya dan ocasión a suficiente trabajo. Y si tuviéramos los medios para dinamizar la actividad con otro tipo de exposiciones, de escultores contemporáneos o no, que acompañasen y ayudasen a interpretar y a dar sentido a la obra de Oteiza, trataríamos de utilizarlos, para que Alzuza siga siendo un lugar atractivo y de interés.
Respecto a su otro gran proyecto ahora por estas tierras, el Museo Universidad de Navarra, ¿cómo lo ve en este momento? ¿Las obras van avanzando según lo previsto?
-Sí, seguramente estará terminado antes del verano, a lo mejor incluso antes de San Fermín. Y alguna primera exposición de rodaje se podrá hacer antes de terminar el año, aunque la Universidad tiene previsto presentarlo oficialmente a principios del año que viene.