Reivindicación y positividad son dos palabras que desde hace una década encuentran cobijo en los sonidos de Green Valley. E Hijos de la tierra no es una excepción en el camino de la banda vasco-catalana liderada por el alavés Ander Valverde. El disco está recién salido del horno y las primeras sensaciones recibidas tanto en los directos como a través de las redes sociales no pueden ser mejores. "La verdad es que no nos podemos quejar", admite el cantante y compositor a la hora de presentar una nueva criatura en la que han colaborado artistas como Fermin Muguruza (Una bala, un disparo) o Rapsusklei (Bailando al son del mar), entre otros.
"Ya tenemos nuestra manera de hacer, nuestra fórmula y este disco suena a nosotros, a lo que hemos querido hacer y de la manera que hemos pretendido", apunta Valverde sobre los 14 temas que componen el tercer disco de la banda sin contar el Mírame a los ojos que editaron el año pasado, un capricho grabado en formato acústico desde casa para compartir con los más fieles seguidores del grupo.
Reggae, dancehall, hip hop... Las etiquetas se escapan. "Tal vez tengamos un sonido un poco más maduro y así se refleje en el disco. Parece que hoy es algo extraño que una formación cumpla diez años y puede que, en este sentido, el álbum sea una confirmación para nosotros o así por lo menos nos lo está transmitiendo mucha gente; lo cierto es que en este trabajo, todo ha ido más rodado, las cosas han transcurrido de manera más fluida".
Una noche más, No vengas al barrio, Si no te tengo, Eso te hace mal o El mensaje de la luz son algunos de los cortes que componen el fondo y la forma de una propuesta que "habla de lo que nos sucede a todos y eso puede transmitir un mensaje un tanto oscuro, pero siempre con la intención de mirar al mundo con optimismo; todo no puede estar apagado, queremos que la gente le de color a lo que nos rodea", describe Ander, aún siendo consciente de que hay pocos motivos aparentes para esa visión. "Está la cosa complicada, de eso no hay duda. Lo vemos cada día. Pero todo depende de cómo mires porque todavía quedan rincones de color".
Grabado en Cataluña, en este disco el grupo ha realizado un proceso "más underground" para, "dentro de unas calidades mínimas" ofrecer al público una propuesta "consciente de que hoy muchas escuchas se producen en el ordenador, en un MP3...", nuevas formas a las que también hay que adaptarse.
Lo que nunca cambia son los directos. Y con el nuevo disco bajo el brazo, Green Valley sigue en marcha aunque nunca ha sido uno de esos grupos que se separa mucho de las tablas aunque esté grabando. En el caso de Álava, la primera parada confirmada será durante las próximas fiestas de Llodio en agosto. Gasteiz, de momento, no tiene fecha cerrada. "Nuestra idea es hacer ahora festivales y fiestas para arrancar en otoño una gira por salas del Estado, y a buen seguro no faltará nuestro paso por la Jimmy Jazz en navidades. Es una pena porque estuvimos a punto de tocar en los Fueros durante La Blanca, que era algo que nos hacía mucha ilusión, pero al final no salió".
Más tarde o más temprano, la vuelta a casa ya llegará. Eso sin duda. Mientras tanto, la formación sigue caminando, siempre "viviendo el día a día, sin hacer demasiados planes ni en la música ni en otros aspectos de la vida", compartiendo camino con el público, "que es lo esencial".