Terelu Campos es una reconocida presentadora de televisión, capaz de intervenir como tertuliana, actriz o comentarista pero con arrestos suficientes para llevar a buen puerto la conducción de un programa de larga duración. Profesional construida a la sombra de la reinona de las presentadoras de la tele, María Teresa Campos, septuagenaria profesional que aguanta impertérrita las tardes de fin de semana, que las cadenas desprecian y ninguna se atreve a hacerle la competencia con un espacio en directo. La madre de la niña ha ejercido y ejerce una función protectora sobre la princesa de sus carnes que interviene en Sálvame, diario y De luxe y en Qué tiempo tan feliz para redondear un suculento sueldo que no lo trinca cualquiera en estos momentos de penuria y escasez.

La fábrica de la tele es la productora asociada a Mediaset para crear los programas citados y de los que se ha bajado en plena marcha de temporada televisual, Terelu con más misterio que explicaciones y retirándose por un tiempo, más incógnitas, del foco quemador de la tele cochinita que hace el transalpino Paolo Vasile. Es receta de la productora sacar de circulación, de vez en cuando, a algunos de sus títeres monigotes para refrescar el plató y gente como Rosa Benito, Mila Ximenez o Belén Esteban van y vienen a conveniencia del guión, buscando nuevas combinaciones en la narración de las tardes gritonas y descarnadas de Jorge Javier y sus mariachis. Terelu Campos dice estar vaciada y vacía por el ejercicio de una profesión que quema las raíces del alma, pero a buen seguro que además de esta poderosa razón para descansar, la hoja de ruta de la productora marca los destinos de la muchacha malquerida por los hombres y pizpireta en grado sumo.¡Descansa un tiempo hasta que la mamá deje las tardes finde y tú asumas la presentación; vamos, es una suposición mía!