gasteiz - Aunque la autoedición en papel sigue siendo una opción válida para muchos escritores que se encuentran cerradas las puertas de las editoriales tradicionales, las nuevas tecnologías ofrecen desde hace ya algún tiempo la posibilidad de evitar ese paso a la hora de encontrarse con el lector. Bien a través de plataformas on-line consolidadas, bien creando páginas específicas, Internet se ha convertido en una herramienta más para facilitar la publicación de libros que, sobre todo en estos tiempos de crisis económica, tendrían serias dificultades para salir adelante y no porque estén faltos de interés o calidad. Y en esta senda se ha vuelto a embarcar Nikolas Ocio para dar vida a su nueva propuesta literaria, un La noche que no sabía amanecer que navega desde hace unas semanas a la espera de encontrarse con el otro.
Al igual que en su anterior trabajo literario, dos son las almas que conviven bajo un mismo título. Por un lado, los aforismo. Por otro, los relatos cortos. Todos ellos dispuestos para la descarga en www.lanochequenosabiaamanecer.blogspot.com tras la portada diseñada para la ocasión por la pintora gasteiztarra Mentxu Montenegro.
"Es todo un jaleo la edición en papel, sin contar con que supone invertir mucho dinero y luego estar detrás de los amigos para que lo compren", dice con una sonrisa Ocio, que sigue manteniendo también activa la página de su anterior publicación literaria on-line www.megustasporqueerescomolluvia.blogspot.com.
La primera parte del libro es la que comprende a los aforismos. Por el camino se han desechado bastantes por diferentes razones, pero en total se presentan unos 150. "Son sensaciones, citas, expresiones salidas del corazón, del momento que estás pasando. Intento sacar la esencia de las situaciones que vivo, midiendo cada coma, peleándome con cada punto y cada palabra porque parece algo sencillo pero a veces es más complicado que escribir un relato. Aunque son de lectura rápida, lo que intento es que el lector se quede un rato pensando, que la frase genere preguntas", describe.
En lo que se refiere a la segunda parte, aquí aparecen los relatos cortos, 14 en total, "con los que estoy más contento que en el anterior libro. Entonces eran más breves, se parecían más a los aforismos, como si fuesen destellos. Pero ahora son más largos, las situaciones están más rellenas... Hay un salto cualitativo encaminado a enriquecer más las sensaciones y realizar historias más complejas, uniendo propuestas pensadas, por lo menos por mi parte, para reír en unos casos y pensar en otros".
Así se configura un todo "no muy extenso porque no tengo el don de escribir así. Me siento más aizkolari que escritor porque entre muchas palabras me pierdo. Me gusta este tipo de escritura con pocas definiciones para ir más a la historia, a la acción", describe sobre sí mismo.
A lo largo del último año se han ido configurando las palabras y argumentos que componen esta publicación, propuestas nacidas de instantes de la vida que Ocio va apuntando cuando la chispa aparece en la pequeña libreta que le acompaña a cada momento. No todo termina en lo que se presenta al lector, pero sí son la base sobre la que luego trabajar. "Luego entra el oficio para darle la forma, aunque en el caso de los relatos sí que termino dándole muchas vueltas".