barcelona. La escritora valenciana Carmen Amoraga, ganadora el lunes del 70 Premio Nadal con la novela La vida era eso, señaló ayer que con la novela quería explorar el fenómeno de "cómo las redes han cambiado la comunicación humana".
Como en todas sus novelas, el protagonismo de las mujeres es dominante en la historia, aunque "no sea una elección consciente, porque inicialmente trato de escribir sobre las relaciones entre las personas", explicó en una entrevista con Efe.
En la novela ganadora del Nadal, que Destino publicará el 4 de febrero, la protagonista es Giuliana, una joven argentina que llega a Valencia con su marido. Giuliana comienza a escribir sus impresiones en el perfil de Facebook de su marido poco antes de que él muera, pero tras su muerte continúa escribiendo en la red.
"Las redes sociales son una nueva vía de comunicación entre las personas y yo las he utilizado en las dos últimas novelas, porque han revolucionado la manera de comunicarse, como en su momento sucedió con el teléfono".
La grandeza de esas redes sociales, precisa Amoraga, es que "pueden pervertir esas relaciones hasta el punto de que nos comunicamos a través de ellas con personas con las que no cruzaríamos muchas palabras en la vida real".
Sin embargo, también tienen su reverso. "Twitter me pareció al principio una herramienta en tiempo real democrática, que estaba a la altura del Washington Post o el New York Times, pero ahora me parece Sálvame, pues se ha convertido en un medio de cotilleos", consideró la escritora valenciana. "Antes, las críticas literarias las hacían los críticos, pero ahora tiene igual valor la crítica que escribe un tendero en su Facebook o su Twitter, porque al fin y al cabo son lectores", comentó.
Considera que su novela se sitúa dentro del "género realista" -"escribo como haciendo fotografías", dice- y aunque en su adolescencia llegó a escribir una pequeña novela futurista, Amoraga se mueve mejor entre el realismo y el intimismo: "me resulta más gratificante escribir sobre lo que vivo y conozco, porque a veces vivimos tan deprisa que no vemos la realidad".
La obra se inspira en la vivencia de una amiga, argentina como la protagonista, que también sufrió la pérdida de su marido, si bien "en ningún momento" quiso escribir sobre ella.
Las coincidencias se acaban en que ambas son argentinas y tienen dos hijas, aunque Amoraga pidió permiso a su amiga para utilizar las entradas que ella escribía en el perfil de su marido después de haber muerto.
Para esta mujer, "las redes sociales son como un hilo al que algunas personas se agarran para salir adelante, aunque no quieran, porque la pérdida de un ser querido es siempre dolorosa".
Amoraga, que no olvida su condición de periodista, aprovechó la difusión del premio para reivindicar la necesidad de unos medios de comunicación públicos -llevaba una chapa en apoyo a Canal 9- y ensalzar la labor de una educación pública de calidad que, como le sucedió a ella, despierte el placer de la lectura y, quien sabe, si también vocaciones literarias.
Con La vida era eso quería rendir homenaje al primer libro que le impactó, Diario de Ana Frank, ya que en ambos casos, salvando las distancias, "se describe una realidad penosa y las protagonistas buscan una estrategia para salir de ese contexto, de esa realidad".
La escritora valenciana ya tiene en su cabeza la historia de su próxima novela, en la que, revela, seguirá interesándose por cómo nos relacionamos entre nosotros.
En cuanto al premio, señaló que ganar el Nadal significaba mucho para ella desde un punto de vista emocional, porque es "un premio que han ganado los grandes nombres de la literatura española de las últimas décadas".