Parece convertida en un mantra que se repite desde hace seis años sin que en el horizonte cercano se vislumbre ningún cambio. La repetición de la palabra crisis ha sido también una constante en este 2013 que ahora termina para un sector cultural alavés que mira a 2014 sabiendo que la tónica no va a cambiar. Sin embargo, estos últimos doce meses han vuelto a constatar que a pesar de todo, los pasos no se detienen. La apertura hace unos días de la sala Baratza como nuevo espacio para las artes escénicas en Gasteiz, el hecho de que el Espacio de Creación Azala haya cumplido sus primeros cinco años de andadura desde la localidad de Lasierra, el mantenimiento e incluso el incremento de conciertos en espacios como Jimmy Jazz, Ibu Hots, Drumgorri (Llodio) o Helldorado (que acaba de editar su primer libro de fotografías), los datos de asistencia a los escenarios de la Red Municipal de Teatros o las programaciones del Amurrio Antzokia y la sala Harresi de Agurain, la sexta edición del congreso Inmersiones, el nacimiento de colectivos como Art¡eh!, los 20 años del Festival de Teatro de Humor de Araia o los 25 de Magialdia, la presencia en países como Australia o Argentina de creadores alaveses como Sleepwalk Collective o Pablo Ibarluzea... son sólo unos pocos ejemplos de que el territorio da para mucho a pesar de tener muy poco.
En realidad, más allá de circunstancias que van más allá de Álava como el llamado IVA cultural, el gran problema para el sector sigue estando en el mismo lado, el de lo público. Y aquí se da una doble crisis. La primera no depende de las disposiciones presupuestarias sino que tiene que ver con la total y absoluta falta de cualquier tipo de política cultural ya se hable, por no irse muy lejos, del Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación alavesa o el Gobierno Vasco. Las tres instituciones se limitan a hacer un trabajo de administración de sus recursos, los cuales son escasos por no decir casi nulos. Aquí aparece, por tanto, la segunda crisis, la económica y esa otra coletilla tan utilizada de que "hay otras prioridades".
Por eso, en el marco de la actuación institucional, 2013 ha dicho más bien poco. Salvo el relevo en el Consistorio, donde Iñaki García Calvo ha tomado el testigo de Encina Serrano al frente de Planificación Cultural y Fiestas, la pelea del alcalde Javier Maroto a cuenta del Conservatorio de Danza José Uruñuela con el Ejecutivo de Lakua, las salidas de la dirección de Artium por mor de los ajustes presupuestarios, los despidos en la Banda Municipal de Música de Gasteiz por el mismo motivo... todo se podría resumir en la misma palabra: recorte. Y 2014 no tiene pinta de traer ningún cambio en este sentido, por mucho que alguna administración intente vender determinadas acciones mediáticas como ejemplo de su compromiso con el sector.
Ante esto, y no hay que olvidar que lo público tiene un peso importante dentro de la cultura alavesa, el sector ha vuelto a demostrar en 2013 un silencio casi sepulcral. Salvo alguna voz discordante, lo demás es silencio, bien por aburrimiento, bien por desapego a las instituciones, bien por temor a posibles consecuencias futuras.
Pero hay vida más allá de los presupuestos institucionales. E incluso a veces con su ayuda. Por eso estos últimos doce meses sí han tenido sus buenas noticias. Las ha habido en forma de premios como el Nacional de Fotografía para el veterano Alberto Schommer o de Euskadi de Literatura para Iban Zaldua y Xabier Olaso, ambos residentes en la capital alavesa, sin olvidar que la txapela del bertso del territorio ha vuelto a las manos de Oihane Perea. Aunque, más allá de estos y otros galardones, el pulso se ha mantenido en el trabajo diario, que también ha dado sus alegrías como la primera coproducción de una compañía de teatro alavesa, Traspasos, con el Centro Dramático Nacional, la nueva vida de un escenario ya conocido como Círculo (ahora Kubik) que ha puesto en marcha una intensa agenda de conciertos y humor, la recuperación por parte de Montehermoso de una mínima programación de ayudas a proyectos artísticos, la puesta en marcha de nuevas iniciativas con un marcado carácter juvenil como el Siberia Rock...
Así se llega a un 2014 donde, y dando por sentado que la crisis va a seguir repitiendo su letanía, hay algunas cuestiones en la agenda que ya se conocen. Es el caso de la Catedral Santa María que para verano quiere tener en marcha su doble uso (religioso y cultural), la celebración de una nueva edición de un Azkena Rock Festival que en 2013 ha recibido el Premio de Turismo de Euskadi, o el que será el trigésimo noveno Festival Internacional de Teatro de Vitoria, o... Pero eso es algo que ya se escribirá y se contará desde el convencimiento de que los próximos doce meses se podrán dar por buenos si, por el camino, como mínimo no desaparece nada más dentro de un sector cultural alavés que resiste pero no se sabe hasta cuándo.
El Azkena Rock Festival volvió a encontrarse a finales de junio con los miles de seguidores que cada año toman Mendizabala para, a pesar de los ajustes, disfrutar de un certamen que termina este año sumando otro premio a su trayectoria. El Gobierno Vasco ha otorgado al macroencuentro el Premio Euskadi de Turismo 2013. Foto: José Ramón Gómez
Son innumerables los reconocimientos que a sus 85 años ha conseguido el vitoriano Alberto Schommer pero este 2013 que ahora termina ha añadido a su currículum el más importante de todos ellos. Hace pocas semanas se supo que el Premio Nacional de Fotografía tenía su nombre escrito, un galardón para poner en valor el trabajo de toda una vida. Foto: A.G.
A pesar de estos tiempos que corren, el Festival de Teatro de Humor de Araia y Magialdia han vivido este 2013 sus respectivos cumpleaños. La primera cita, celebrada en agosto, sopló las 20 velas de su particular tarta. Justo un mes después, el certamen de magia hizo lo propio al llevar a cabo su vigésimo quinta edición. Y el público volvió a responder a su llamada. Foto: Alex Larretxi
Tras dos etapas, en diferentes legislaturas, al frente del departamento de Cultura del Ayuntamiento de Vitoria, más allá de las denominaciones del área en cada momento, la concejal Encina Serrano ha dejado este año su puesto en el Consistorio, un relevo que ha sido tomado por el joven abogado Iñaki García Calvo, que todavía está dando sus primeros pasos en Villa Suso. Foto: J.R.G.
Las consecuencias de la crisis en el sector público siguen siendo muchas, aunque en este 2013 ha habido un caso que ha ejemplificado como pocos esta situación. El Ayuntamiento de Vitoria ha pretendido subir un 525% las tasas a las enseñanzas profesionales del Conservatorio de Danza José Uruñuela como medida de presión ante el Gobierno Vasco. Foto: J.R.G.
La vida son también despedidas y estos últimos doce meses han dejado algunas malas noticias dentro del sector cultural alavés. A principios de agosto moría a los 45 años el músico Raúl Aransaez. Ya se están preparando actos en su recuerdo. Foto: J.F.
De nuevo Oihane Perea consiguió en marzo ganar un Campeonato de Bertsolaris de Álava que sirvió para celebrar la creación, hace 30 años, de la primera bertso eskola del territorio. Más allá de la txapela queda el trabajo diario. Foto: Paulino Oribe