CUANDO la película llega a su último tercio, a la hora de la verdad, parece obligado repetir, como si un mantra se tratase, lo que su título español indica: Sobran las palabras. Al menos, una parte de ellas porque en este filme se habla mucho y aunque algo se dice, da la impresión de que se gasta demasiada saliva para decir más bien poco. En los minutos finales la percepción sugiere que tampoco ha sido para tanto, que en el fondo, esta comedia de segundas oportunidades y cierta originalidad temática, no ha desaprovechado el tiempo y que, además de dibujar una galería de personajes singulares, teje un amable consejo: los divorcios no son sino nuevas oportunidades de lograr la felicidad.

A medio camino entre la llamada nueva comedia americana y los estilemas más clásicos de los filmes sobre personajes cotidianos en sus desvelos afectivos y domésticos, lo mejor de este filme descansa en la serena puesta en escena, en la aparente banalidad de lo que se está contando y en la feliz adecuación de capacidad actoral al servicio de unos diálogos que se demuestran adecuados.

Por lo demás hay mucho oficio en la escritura del guión y en la puesta en escena. Lo que significa que hay escasa capacidad para sorprender. Comedia de simetrías y armonías preestablecidas, su argumento se centra en la situación de una mujer madura, masajista de oficio y madre de una joven adolescente que se prepara para abandonar el nido e ir a la universidad. Un momento crítico que le hace especialmente vulnerable ante la nueva situación y la soledad que eso llevará consigo. En torno a esa mujer, a su relación con un divorciado con una hija como ella, el guión se las ingenia para establecer un enredo mínimo pero suficiente. El amor que comienza a sentir por su nuevo amigo será amenazado cuando tenga la posibilidad de verlo a través de los ojos de su exmujer, una nueva cliente que además de masajes le solicita complicidades y secretos. Nada espectacular, nada profunda, nada emocionante... pero la suma de tantas nadas arroja un resultado más entretenido de lo que parecería.

Dirección y guión: Nicole Holofcener Intérpretes: Julia Louis-Dreyfus, James Gandolfini, Catherine Keener, Toni Collette y Ben Falcone Nacionalidad: EEUU. 2013 Duración: 93 minutos