Todavía no lo tiene entre las manos. LapizCero Ediciones, o más en concreto Xavier de Tusalle, quiere mantenerlo en vilo hasta que llegue este sábado. Será entonces el momento en el que El camino de las verdades dejará de pertenecerle para ser de los lectores que se vayan encontrando al paso de sus páginas. "Estoy muerto de miedo", admite Jorge Girbau Bustos a pesar de que el escritor gasteiztarra no es ningún novato en estas lides. "Pero es la primera vez que me enfrento a algo así en solitario", apunta, aunque en realidad estará muy acompañado en la presentación pública del poemario (estarán, entre otros, Ángela Mallén, Isabel Mellén, María José Hernández, Txema Imaz o María José Álvarez), que arrancará a las 19.30 horas en el Cult Fashion, Art & Music.

De esta forma dará su paso definitivo un proyecto en el que el autor ha partido de la recopilación de un centenar de poemas realizados a lo largo de año y medio para quedarse con la veintena de creaciones que componen al final el libro, un poemario que toma como punto de partida la frase "existen dos tipos de verdades: las verdades de la razón y las verdades de hecho", del filósofo, físico y matemático alemán Leibniz, una referencia a aquellas certezas que conoce y aprende el ser humano, y a las que, por otro lado, tienen que ver con lo divino, lo espiritual, lo eterno.

Así se configuran los dos márgenes de esta senda hecha páginas, donde "la portada de Varenka Girbau refleja a un hombre ante una espiral que es el camino, un camino que no tiene salida vayas por donde vayas", describe el autor, que también toma como referencia la realidad del momento actual, de "una crisis, más o menos moral, con respecto al arte; en Vitoria hemos cometido un fallo importante que ha sido fiarnos de las instituciones y cuando éstas han cortado las subvenciones, nos hemos quedado en bragas. La sociedad de esta ciudad se está olvidando que hay cultura y la hay, pero cada vez está más escondida, y es algo que me rompe el alma".

Las desigualdades "entre los listos que se lo llevan todo y los inocentes que se quedan sin nada", acontecimientos como los sucesos del 3 de Marzo, la pérdida del poeta Mariano Iñigo ("con cuyo fallecimiento sentí una muerte espiritual de la poesía aquí, más allá de cómo nos llevásemos en el plano personal")... dejan su huella en este recorrido sin meta que proponen los versos de Girbau Bustos.

"Qué puede pensar o sentir cada lector cuando tenga el libro... es que está en cada uno", apunta el autor, que se reconoce muy crítico, para empezar con su propia creación. "Cuando un escritor quiere publicar y publicar, perdiendo el contacto con su vida, se vuelve pedante, egoísta y más cosas. La primera vez que publiqué en una revista (Amilamia) tenía 16 años y me entró un ataque de asma tremendo por la ansiedad; hay gente a la que le pasa lo mismo pero metafóricamente, y termina por no publicar nada porque le entra el ataque".

No ha sucedido así con El camino de las verdades, que sí es una realidad palpable. Y lo es para hacer sentir. "El arte no es sólo para ver. Hay muchos que dicen que la poesía la tienes que entender y no, la poesía, primero, la tienes que sentir, va más allá", apunta.