Para Fernando Tabar, catedrático emérito en la Complutense, no hay duda: Huida a Egipto y Muerte de San Alberto de Jerusalén, dos lienzos que han permanecido ocultos en un convento de las Carmelitas de Cuenca, son atribuibles a la obra temprana de Goya. Según un artículo que el experto publica en Ars Magazine, ambas obras fueron pintadas en torno a 1772-1775. Aunque no se ha realizado ningún estudio científico, Tabar dice que el "ojo del experto" es la mejor constatación, y destacó que se trata de una atribución suya, ya que no ha tratado de hablar con ningún experto del Prado ante su deseo de ser dueño de su "propia opinión".