madrid. El nobel Mario Vargas Llosa desveló ayer que la reflexión sobre realidad y ficción que hace en Kathie y el hipopótamo, que estrena el día 19 el Teatro Español, nació de su experiencia real como "negro" literario de una adinerada dama que vivía en París y que tenía "ideas pero no palabras".

Fue en su primer año en París, cuando de la beca que le habían hablado no había ni rastro y tuvo que ejercer los oficios más "pintorescos" para sobrevivir, ha revelado hoy el peruano (Arequipa, 1936) en una rueda de prensa convocada para presentar la obra de teatro, que protagoniza Ana Belén y dirige Magüi Mira, y la cual ha acabado siendo un relato de los que tanto le gustan. Uno de los trabajos "alimenticios" que tuvo que hacer fue para una "adinerada señora" que había hecho "un viaje por lugares exóticos y quería 'escribir' un libro"; así que, llena de ideas pero carente "de palabras", le contrató a él como "negro".

Le dedicaba todo el tiempo, esfuerzo e interés que le pedía ella, de la que no ha querido desvelar ningún dato más. "A veces una hora, a veces dos", por lo que le pagaba "a veces por el tiempo, a veces por el número de palabras", y él, feliz, porque eso le permitió comer y ducharse "en ocasiones".