gasteiz. Desde que dieron sus primeros pasos sobre el escenario, Miren y Ander no se han bajado en casi ningún momento de él, incluyendo tablas de otros países. En los pocos paréntesis que han hecho desde 2005, les ha dado tiempo ha publicar un par de EP y un primer larga duración que ya parece lejano en el tiempo. Por eso hace nada Napoka Iria ha renovado su paso por el estudio para hacer realidad Arnasten ikasteko berriz, disco que hoy vive su cuarto concierto de presentación y lo hace en Gasteiz.
Son varios los puntos tanto de la capital alavesa como del resto del territorio que han cruzado sus caminos con el dúo, aunque no es el caso de la sala Jimmy Jazz. Hoy tocará debut, por tanto. A las 20.30 horas se abrirán las puertas del espacio de la calle Coronación, estando las entradas a la venta por 6 euros en anticipada y 8 si se pasa por taquilla. Será otro viejo amigo de la escena vitoriana como Joseba B. Lenoir el que inicie la senda que luego tomará Napoka Iria. Eso sí, esta vez el dúo no será tal.
"No es que nos hayamos cansado ya el uno del otro", ríen, pero en estas primeras actuaciones se están haciendo acompañar por dos de los colaboradores del disco, Felix Buff e Iban Urizar. "Tenemos unas ganas tremendas de interpretar las ocho nuevas canciones; además, incluiremos algunos temas anteriores y puede que alguna canción", describen, al tiempo que dicen que "hemos tocado hasta debajo de las piedras y ahora nos apetece un formato un tanto diferente; ya volveremos a ser sólo los dos".
De esta forma irán desgranando un Arnasten ikasteko berriz que presenta ocho "pequeños parajes". "Son canciones bastante atmosféricas con las que perderse sin moverse del sitio, son temas para desconectar", aseguran.
El álbum, además, supone la vuelta a un estudio que no pisaban desde hacía tiempo. "Ha habido una evolución, pero todavía nos identificamos con la primera maqueta y con los temas que hicimos. Hemos aprendido a expresarnos mejor, a manejar mejor esas herramientas... tenemos más facilidad para comunicar, pero no hay giros drásticos en lo que hacemos".
Esa es una de las claves por las que es imposible intentar encasillarlos en un género. "¿Indie? Es que no me identifico", dice Miren. "Esa palabra ha perdido su significado", apunta Ander. "¿Folk? ¿rock? No sé lo que hacemos", ríe ella. "Definirlo es curioso", remata él.