No iba a ser un libro. Al principio, de hecho, era una cena. El profesor Eneko Etxegarai estaba peleando con uno de sus hijos para que diese buena cuenta de una tortilla, intento en el que decidió inventarse un pequeño relato para ver si había suerte con el vástago. Hoy, ese instante se traduce en la publicación de Puagg!!, un cuento hecho realidad junto a las ilustraciones de Eduardo Rodríguez y editado por la firma navarra Denonartean.

Es más, a los autores alaveses el gusanillo les ha entrado con fuerza y tienen ya otros dos proyectos entre las manos, una apuesta en la que también editorial les está animando a seguir. "Éramos unos novatos en todo esto, pero la verdad es que el proceso ha sido interesante", comentan ambos.

Pero antes de pensar en lo que vendrá en el futuro, lo más inmediato pasa por ver cómo Puagg!! se va encontrando con pequeños (está recomendado para público entre 3 y 8 años) y mayores. "La historia que le conté a mi hijo me gustó, pensé que podía ser utilizada por otros padres y madres o en la ikastola, así que le pedí a Eduardo que me hiciera algún dibujo para acompañar el relato", recuerda Etxegarai. Sin embargo, el resultado les convenció a ambos más de lo que imaginaban "y pensamos que merecía la pena intentar sacar un libro".

Ellos mismos lo maquetaron y se toparon casi de primeras con el visto bueno de Denonartean (se han editado 800 ejemplares en euskera y 300 en castellano). Eso si, no se han quedado ahí. Han completado la apuesta con una versión audiovisual del relato para lo que han contado con Pako Eizagirre, un producto que, en este caso, se puede descargar de manera gratuita por Internet, "algo que hacemos también a modo de reclamo".

Con Puagg!! debajo del brazo acudirán a la Azoka de Durango pero los alaveses están preparando además una presentación en Gasteiz que se salga de lo habitual, que con la invitación a diferentes personas se convierta más en una fiesta.

Y todo ello nace de un par de huevos. No, no es un decir. Porque son ellos los protagonistas de esta historia. Bueno, ellos y una mujer que vive y trabaja en un caserío rodeada de la naturaleza y sus animales, entre los que se encuentran cinco gallinas de las que toma sus huevos para hacerse su plato favorito: una tortilla francesa. "Pero un día, después de no parar de hacer labores, a la noche va a cenar lo que más desea y se encuentra con que aquello sabe primero a chorizo, luego a... así que va a pedirles explicaciones a las gallinas".

"Ha sido un camino muy divertido, también porque hemos trabajo a nuestro ritmo; no teníamos ningún plazo, ni obligación, ni presión y cada uno ha hecho lo suyo con libertad", relatan, y eso que en el proceso se han encontrado con alguna situación no esperada como el hecho de que "estamos en un relato muy sonoro, con muchas onomatopeyas, pero resulta que en castellano y en euskera no se representan igual aunque se traten de los mismos animales".

Hoy, el libro es una realidad, "y eso que cuando vino Eneko la primera vez para decirme, apareció con un par de hojas que tenías que ver...", recuerda Rodríguez, mientras que Etxegarai describe que "yo no sabía qué iba a hacer Eduardo, pero resulta que dibujó justo lo que quería". Claro que el resultado de este mano a mano entre ambos ya no les pertenece. A partir de ahora es de los lectores.