Ella vive y crea, aunque sea de Madrid, en Garganta la Olla, un pueblo de la provincia de Cáceres. Él hace lo propio, aunque sea de Ordizia, en Gasteiz. El camino de ambos se cruzó en unas jornadas de animación a la lectura que se llevan a cabo en Arenas de San Pedro (Ávila). Patxi Zubizarreta empezó su conferencia leyendo un poema de La poesía de los árboles, libro cuyas ilustraciones había hecho Leticia Ruifernández. Aquella coincidencia, o el destino o como se quiera decir, les puso en contacto, un encuentro que ahora se traduce en una obra de arte a modo de calendario para 2014 en el que dibujo y palabra dialogan.

Desde hace 14 años, Ruifernández realiza, al acabarse cada año, una revisión de algunas de las imágenes en las que ha estado trabajando los doce meses anteriores para componer un calendario que, en realidad, "es una excusa para ofrecer un regalo con lo que hago a la gente que me es cercana", una propuesta que ha ido evolucionando y creciendo con el paso del tiempo y que esta vez, eso sí, cuenta con un invitado especial. "Patxi y yo nos vimos el pasado verano. Había estado trabajando en primavera en lo que quería mostrar para 2014, ilustraciones de las flores que hay donde vivo, y le dije: si te cuadra, te surge, te inspira, pues podemos pensar en ponerlo todo en común. Y, de repente, Patxi me mandó este texto y la emoción que sentí fue profunda", recuerda la creadora.

El resultado son 500 ejemplares de un cuadro con dos caras que, en esta ocasión, van a llegar también al público del País Vasco, aunque cualquiera puede adquirirlos en leticiaruifernandez.es. De hecho, en Vitoria se pueden conseguir en la librería Jakintza, además de en Bilbao (Garabat).

"Mi idea era transmitir la oscuridad que pronto vendrá a Vitoria en estos meses o la alegría de los días de primavera, pero que el texto tuviera también energía, que a la reflexión se le uniese un sentimiento poético. Es algo totalmente diferente a los calendarios al uso y eso me ha parecido un elemento motivador muy importante", explica Zubizarreta, que ha tomado como referencia, en este caso, el libro Cofrecillo de joyas de Johann Peter Hebel.

Bajo esa idea de que las mejores esencias se guardan en frasco pequeño, el escritor ha ido componiendo textos propios y ajenos "con los que parece que quiero transmitir doce estados de ánimo", palabras que sumar a las ilustraciones de Ruifernández, que al igual que lleva haciendo desde hace 14 años se autoeditado el calendario para venderlo con el único propósito de obtener financiación para hacer el del año siguiente. "Sólo ha salido en castellano, pero si se pide en euskera, estamos dispuestos", afirman.

De todas formas, este regalo que en verdad es una obra de arte muy alejada de esa idea de calendario que la mayoría tiene en la cabeza, no es la única propuesta que la ilustradora tiene estos días entre las manos mientras pasa varias jornadas en Euskadi. Este mismo viernes, en la capital vizcaína, la autora va a presentar sus tres nuevos libros, obras en las que, por primera vez, ella se encarga al mismo tiempo de la imagen y del guión.

"La inspiración de cada uno de los libros es cada uno de mis hijos. Cuentos del bosque está dedicado a Ibai, que tiene siete años. Niña, Luna a Marina cuando tenía dos aunque se ha publicado ahora, y Feliz siesta a Leire cuando tenía uno. Es decir, cada propuesta está enfocada para lectores de esas mismas edades", describe la creadora, que apunta que "los tres son historias que les he querido regalar a mis pequeños como una necesidad que tengo de relatar los cuentos que me gustaría que conociesen". "Captar la mirada del niño es muy difícil, pero es algo que aquí pasa", interviene Zubizarreta.