RÍO DE JANEIRO. El incidente se produjo justamente cuando el ídolo pop terminó de cantar la música "Boyfriend". El incidente generó una gran preocupación porque fue exactamente en el mismo momento en que Bieber puso el sábado fin anticipadamente a su presentación en Sao Paulo después de una persona le arrojó una botella de plástico que le golpeó en la mano y le hizo caer el micrófono.
El invasor, que apareció de sorpresa en el medio del escenario, abrazó al cantante por atrás y sólo lo soltó cuando aparecieron los miembros del equipo de seguridad.
El propio cantante se dijo sorprendido y admitió ante el público que pensó que había sido "un bailarín extra".
La invasión del escenario fue tan natural que dejó dudas de si estaba planeada dentro del espectáculo.
Bieber no decepcionó a las cerca de 30.000 personas que ocuparon la Plaza de la Apoteosis, el corazón del Sambódromo de Río de Janeiro, con una presentación en la que combinó las músicas de su gira "Believe" con algunos de sus primeros éxitos.
Los histéricos admiradores del canadiense no protestaron ni por el atraso de una hora y 45 minutos en el comienzo del espectáculo y llegaron a la locura cuando el ídolo adolescente abrió su concierto totalmente vestido de blanco con el nuevo éxito "All Around the World".
El cantante le pidió al publico que hiciera ruido y en pocos segundos fue respondido con una sonora algarabía de jóvenes que rápidamente olvidaron el cansancio, los contratiempos y la incomodidad provocada por la larga espera en un día soleado y caliente en esta ciudad brasileña.
Beatriz Santos, una joven de 14 años procedente de la sureña ciudad de Porto Alegre, renunció a su baile de debutante para poder acudir a la presentación de su ídolo en Río de Janeiro. "No pude asistir al concierto que él ofreció en Porto Alegre en 2011", recordó la jovencita antes de relatar la dificultad que tuvo para convencer a su padre de que la trajera.
Tan pronto como llegó a Río de Janeiro, Beatriz fue directamente al hotel en que está hospedado el ídolo para juntarse a decenas de adolescentes que intentaban verlo, pero fue en vano.
Por eso desistió y al mediodía ya estaba frente al Sambódromo a al espera de la apertura de los portones para poder escoger un local cercano al escenario. Lo peor fue haber olvidado la entrada en casa. "Tuve que comprar otra", confiesa la adolescente.
Casos como el suyo surgieron muchos entre los miles de admiradores de Bieber, y no sólo de adolescentes ansiosos por ver al cantante, sino de padres que tuvieron que acompañarlos.
"El concierto es regalo que nos pidió por sus 15 años", afirmó la peluquera Ivone Freitas al relatar que el dinero ahorrado para la fiesta de debutante de su hija, Milena Freitas, fue invertido en la entrada para el concierto y en los pasajes para llegar a Río desde la amazónica ciudad de Manaos.
Bieber conocía, al parecer, el esfuerzo de sus admiradoras para seguirlo, y por eso cumplió toda la programación prevista, con las 19 músicas programadas y sin muestras de que en Río de Janeiro se repetiría lo ocurrido en Sao Paulo.
El concierto de una hora y 35 minutos del canadiense de 19 años encantó a un público, especialmente en los momentos en que el ídolo asumió la guitarra, el piano y hasta la batería, y cuando mostró el dominio de un escenario de tres pisos en una presentación en que se cambió de ropa varias veces y hasta se quedó sin camisa.
Entre las músicas interpretadas, Bieber dedicó una nueva versión de "Believe" a Brasil y aseguró que había sido escrita especialmente para el público brasileño y que por eso la interpretaría por primera vez.
Fue con la música que se despidió de sus admiradores antes de regresar para atender las peticiones de sus seguidores y despedirse con los éxitos "Boyfriend" y "Baby".
Tras sus presentaciones en Sao Paulo y Río de Janeiro, el cantante sigue su gira ahora rumbo a Paraguay y Argentina.