MADRID. Se basa en "evitar la monotonía: si sólo comes a la plancha, hervido o ensaladas acabas muy frustrado", refiere en una entrevista con Efe Luzón, vicepresidenta de la Sociedad Española de Gastronomía y Nutrición.
En su lugar, propone dietas equilibradas, que garantizan la ingesta de todos los nutrientes necesarios, con platos como sopa de verduras con marisco, espárragos con bechamel y queso, pez espada encebollado, bonito guisado y helado de chocolate.
Y, en ocasiones, acompañadas por vino; no en vano el epílogo de este libro editado por Sindicato del Gusto corresponde a José Peñín, responsable de la prestigiosa guía de caldos, quien destaca que la doctora "traduce la pirámide nutricional en platos apetecibles".
Trata con ello de mejorar la alimentación diaria de la población española que, en líneas generales, adolece de "una carencia importante del reino vegetal, un exceso de proteínas y, según y quién, un uso desproporcionado de las gasas", explica.
También de evitar que, para perder peso, se recurra a las "dietas milagro", ya que son restrictivas -se eliminan algunos alimentos- lo que "a largo plazo lleva a la monotonía y son un desastre para el organismo". El ritmo adecuado de pérdida de peso es un kilogramo a la semana "para eliminar grasa y no músculo".
Para combatir los hábitos erróneos propone tres modelos de dieta -de adelgazamiento, de transición y de estabilización- adaptadas para hombres y mujeres y con la lista de la compra exacta para no caer en las tentaciones de "las apetencias del momento", explica.
Consciente de que la mayoría de la ciudadanía recurre a los restaurantes para almorzar por cuestiones laborales, Luzón recuerda a Denis Diderot -"los médicos trabajan sin cesar para la conservación de nuestra salud y los cocineros para destruirla"- y reta a los cocineros a "diseñar platos atractivos con verduras, hortalizas y legumbres" y disminuir el uso de grasas.
Se coma en casa o fuera, el objetivo de "La dieta gourmet" es "adelgazar sin pasar hambre mientras se aprende a comer". Además de recetas sanas y sabrosas, la nutricionista previene contra estados de ánimo como la ansiedad, alerta de que comer en compañía suele significar ingerir de más y que la decoración de un local o la vajilla pueden incitar a "consumir con mayor deseo".
La nutricionista sugiere las mejores opciones para comer en un restaurante en función de su tipo de cocina, trucos para reducir la cantidad de grasa al cocinar y advierte sobre los, muchas veces engañosos, productos "light".
También recomienda mirar el etiquetado de productos como la bollería industrial y comprobar la composición de las grasas, "porque suelen ser muy saturadas, como el aceite de palma; la mantequilla es menos peligrosa".
"No es necesario leer todas las etiquetas, hay que tener un concepto general claro de cómo debe uno alimentarse. Si cenamos pasta, arroces o legumbres, siempre con verduras, y unos 200 gramos de carne y pescado no hace falta mirar cosa por cosa", apunta.
Además, defiende, que es posible "alimentarse correctamente con poco presupuesto, sólo hay que tener las ideas de cómo hacerlo" y recuerda como en épocas de escasez de proteína animal en las casas se cocinaban "lentejas con arroz, que aporta la misma proteína de alta calidad que un filete de ternera de Ávila".