Vitoria. "Se nos ha muerto el abuelo", señala Roberto Moso, líder de Zarama, sobre el fallecimiento de Lou Reed, un artista "fundamental y referencial" para todos los músicos vascos consultados por DNA. De Ruper Ordorika, quien le trató personalmente, destacando "su actitud artística"; de Javier Gurrachaga, que reconoce su influencia en la Orquesta Mondragón inicial y más salvaje, pasando por bandas del espectro indie. "Lou y la Velvet Underground fueron los padres del punk, también en Euskal Herria", coinciden.
Pena, flash, shock? La reacción fue unánime desde que la noticia de la muerte de Reed, vía medios de comunicación, redes sociales o teléfono móvil, se hizo pública el domingo. "No soy muy mitómano, eso es cosa de la adolescencia, pero todavía tengo un shock importante", reconocía Deu, líder de We are Standard (WAS). "Me ha afectado más de lo que esperaba y me han venido un montón de recuerdos que forman parte de mi vida, de mi universo sonoro y de imagen", confesaba Moso, triste ante "la muerte del abuelo". Javi Leta, batería de El Inquilino Comunista, explicaba cómo descubrió a Lou, con el vinilo de Transformer, "gracias a un amigo, en el autobús del colegio alemán".
"Para mí fue una cuestión generacional, uno de esos músicos que revitalizaron la música popular y que demostró, con la Velvet, que cualquiera podía hacer música. Era más actitud artística que competencia instrumental", reflexiona Ruper Ordorika. Para el de Oñati, Lou fue un referente importante. "No había nadie en la época en que empezamos que no tratara de tocar Sweet Jane", apostilla. Ordorika ensalza el afán erudito de Reed, quien, además de sus gustos por la poesía y la fotografía, fue pionero con sus letras. "Tuve la suerte de conocerle personalmente en los Estudios Katarain, en Azkarate, y de comer con él en Tolosa. Que una persona de ese nivel me preguntara qué guitarras y cuerdas usaba, demuestra que no bajó la guardia en su oficio", apostilla Ruper.
Otro veterano, Javier Gurruchaga, que se enteró de la muerte de Reed cuando volvía a Madrid en el Talgo tras participar en la Semana del Terror de Donostia, no puede evitar reconocer que "fue una parte fundamental en la Orquesta Mondragón desde el principio". En su Facebook se puede ver una furiosa actuación "tempranera" del grupo tocando Rock and roll. "Lo suyo fue un corte de mangas a lo establecido, otra forma de hacer, muy de poeta y con gran componente teatral. Después, me interesé en sus letras, afiladas, que conectaron el rock naif e ingenuo de los 60 con el universo de Poe, Goya, Burroughs y Bukowski", indica el donostiarra, que destaca "su postura siempre al filo de la navaja" y su presencia "constante en mi vida", por lo que dice perdonarle discos como el compartido con Metallica y The raven.
Otro veterano, Roberto Moso, liga "el germen de todo" el rock y el punk de los 70 en Euskadi con Reed y la Velvet. "Todo partió de aquella Orquesta Mondragón teatral, con Popotxo y Jaime Stinus versionando Rock and roll. La Velvet fueron los padres de todo el punk que vino después", explica el cantante de Zarama, para quien el músico estadounidense es "parte de mi vida, de mi universo sonoro y visual".
Similar paternidad defiende David Hono, excantante de Ya Te Digo, banda indie de los 90 que tituló uno de sus discos Velvet hell, versionó a la Velvet bajo el nombre de Venus in Furs y ahora lidera Sonic Trash. "Lou es el gran poeta del rock y destaca por su realismo y crudeza, sin necesidad de metáforas", indica.
Rock Radikal Vasco Javi Leta reconoce la influencia de Reed y la Velvet en El Inquilino Comunista, donde tocaba la batería, y recuerda las múltiples versiones que realizaron junto a Los Clavos y Josetxo Cancer Moon. "Sé tocar muchísimas de sus canciones", rememora.
"Era un genio, maestro de maestros. Yo empecé a tocar por haber escuchado el debut de la Velvet, el disco del plátano en la portada. Reed, Jagger y Bowie fueron una influencia muy gorda", asegura Deu Txakartegi, vocalista de WAS,. Por ello, el getxotarra defiende que el punk y el Rock Radikal Vasco le deben mucho, ya que ambos "hacían de la decadencia una obra de arte".