Se acerca Halloween y dar miedo es la prioridad principal. El problema viene cuando una broma está tan bien conseguida que acabas por sembrar el pánico sin querer.
Esto es lo que ocurrió a un hombre de Oklahoma, que puso a todo el vecindario en alerta. A este hombre no se le ocurrió otra cosa que decorar su casa con muñecos llenos de sangre tirados por el suelo. El resultado fue tan realista que las personas que lo vieron llamaron inmediatamente al 911, denunciando algún tipo de masacre o tragedia en la casa de su vecino.
Cuando se dieron cuenta que todo era "de mentira" todo el mundo se quedó tranquilo. La misión del creador de la sangrienta idea había sido un éxito, ya que dejó a los vecinos con "el susto en el cuerpo".