madrid. Igor Escudero, Guillermo Astrain, Unai Lazcano y Ekhi Lopetegi, los cuatro miembros del grupo vasco Delorean, se encuentran a salvo tras haber sido víctimas de un secuestro en la cuidad de México D.F. durante cerca de 48 horas.

Según informaron ayer fuentes de su discográfica, Mushroom Pillow, los artistas guipuzcoanos, liberados sobre las 15.30 horas de ayer -hora española-, se encuentran "bien" y en breve enviarán un comunicado para aclarar lo sucedido. Las autoridades mexicanas, en colaboración con la policía nacional y la Ertzaintza, han logrado la liberación de los cuatro músicos. Los hechos tuvieron lugar a primera hora de la mañana del pasado lunes, cuando el grupo recibió una llamada telefónica de supuestos policías mexicanos alertándoles de que debían abandonar el hotel ante un inminente tiroteo contra los miembros de la banda. Después, unas personas vestidas de vigilantes obligaron a los cuatro miembros del grupo a salir del hotel en el que estaban hospedados trasladándoles a otro hotel, en donde les informaron de que estaban secuestrados y les requisaron sus teléfonos móviles. Al parecer, los integrantes de la banda de Zarautz a ratos estaban solos y en otros momentos les acompañaban los secuestradores, que utilizaron el teléfono de uno de los secuestrados para ponerse en contacto con un familiar y comunicarle el secuestro y la cantidad de dinero que pedían para su liberación.

Fue entonces cuando una de las familias denunció el hecho a la Ertzaintza, constituyéndose un grupo de trabajo en Gipuzkoa entre la Policía Autónoma Vasca y UDEV de la Policía Nacional para hacer un seguimiento de la situación y coordinar las operaciones con la Policía mexicana en aras de posibilitar su pronta liberación.

La investigación dio como resultado que sobre las 14.30 horas del mediodía de ayer, hora local mexicana, se localizó el lugar donde permanecían retenidos los jóvenes y la Policía mexicana procedió a entrar y comprobar el estado en que se encontraban los integrantes del grupo de música indie.

Según precisaron fuentes del país azteca, se trata del modus operandi habitual del llamado secuestro virtual en el que no se usa la fuerza, sino que las víctimas son objeto de un engaño, como ha sido en este caso.