Bilbao. Antoni Tàpies mantuvo un interés por la escultura que abarcó cinco décadas, casi toda su carrera, y a sus esculturas, objetos y assemblage dedica el Museo Guggenheim de Bilbao una exposición que supone la primera revisión completa de una faceta central en su evolución artística.

Un año después de la muerte de uno de los creadores fundamentales de la segunda mitad del siglo XX, los museos Guggenheim vuelven a mostrar su interés por la obra del artista con la organización de la que supone la cuarta gran exposición de la que es protagonista.

Tàpies reflexionó repetidamente sobre esta disciplina "e incluso se lamentó de la falta de atención hacia su trabajo como escultor", señaló el comisario de la muestra Álvaro Rodríguez Fominaya, quien ha seleccionado 85 obras que durante tres meses habitarán en las salas de la segunda planta del museo.

Aunque por su fragilidad algunas de las piezas no han podido viajar a Bilbao, el comisario está satisfecho con una selección que le ha permitido "decir todo lo que quería" sin echar "nada" de menos. Estas piezas proceden de museos y colecciones privadas de diferentes países.

Desde 1964 y hasta poco antes de morir, la escultura estuvo presente en la producción de Tàpies. "Para él, su tarea como escultor y 'objetor' no estaba en un segundo plano. Se puede trazar una genealogía siguiendo exclusivamente estos objetos y comprender así al artista desde lo tridimensional", según Rodríguez Fominaya. En un recorrido cronológico se pueden contemplar piezas de formatos monumentales con otras de pequeñas dimensiones, alternando el desarrollo temporal de las mismas con el análisis de los temas, técnicas y materiales, que van desde el bronce o el granito al papel.

Las dos primeras salas, en la que el espectador puede contemplar como todo el imaginario de Tàpies está también presente en sus objetos y esculturas, se han reunido las piezas más antiguas. Muebles, papel, ropa, serrín y madera sirven al artista para abrir nuevas vías de investigación que le llevan a principios de los 80 a un cambio significativo en su proceso creativo. Y de ahí a otros intereses y momentos, como la idea del muro, que está presente en las obras exhibidas en el espacio Tapias, muros, puertas.