Donostia. La visita de Hugh Jackman fue relámpago y digna de superhéroe: no se puede hacer más en menos tiempo. Pasada la medianoche del jueves, el actor australiano llegó al María Cristina procedente de Berlín. En el hotel donostiarra atendió a los primeros seguidores sin despeinarse y con la chaqueta al hombro. Madrugó para salir a andar en bici por el bidegorri de la Concha hasta las universidades, nadó en la playa y degustó un pintxo de tortilla en el bar Urgain. Atendió a un grupo reducido de periodistas, firmó autógrafos y protagonizó el photocall y la rueda de prensa más multitudinaria de esta edición. Luego recibió el Premio Donostia a una hora inusitadamente temprana, las 18.30, de lo que se deduce que partió raudo y veloz rumbo a otro país para seguir la promoción de Prisoners. Y todo sin borrar la sonrisa de su rostro.