La noticia de la compra del Washington Post, mítica cabecera norteamericana de periodismo de calidad y excelencia por parte de un multimillonario de la distribución vía Internet alteró los nervios de más de uno, que veía en la noticia el tiburoneo tipo Murdoch haciendo y deshaciendo vidas, fortunas y famas de medios de comunicación y más concretamente, prensa. Jeff Bezos es el dueño de Amazon, ingenio digital que ha revolucionado el mundo de la distribución librera vale hoy en bolsa, la insignificante cantidad de 120.000 millones de dólares y la fortuna del mencionado Bezos se calcula en 25.000 millones de dólares de los que ha dedicado una bagatela, 250, a la compra del citado diario. Las suspicacias entre los profesionales de la redacción y de otros medios similares se han desatado con especulaciones varias que el nuevo dueño ha desdeñado, indicando que su preocupación no está en los contenidos sino en las cifras poco halagüeñas del negocio que hay que modificar en pos del bienaventurado cliente que no solamente no se refresca, sino que se van llamados por la marea digital, de la que este señor sabe un pico. La muerte del periodismo escrito, la prensa, ha sido anunciada tantas veces que esto va a convertirse en cuento moderno de Pedro y el lobo. Lo que es cierto que las cifras de consumo prensa están en tendencia de caída y que nadie sabe cómo meterle mano a la competencia digital y aflorar recursos, ganancias y beneficios a las ediciones digitales, sin saturar la pantalla y haciendo nuevos consumidores. Bezos-Amazon saben de la distribución, de las fuerzas del mercado y de las potencialidades de la red para explorar consumidores y nuevas formas de comunicación. El nuevo propietario del WP sabe de negocio, de plantearse problemas en la nueva comercialización, sabe de ganar dinero y ello es primordial para mantener con vida a esta histórica referencia de la prensa mundial. Jeff Bezos puede ser la salvación del periodismo en la aldea global y digital.