Al ser humano le define su imagen y su obra; la visible y conocida, pero también la escondida o menos visible. Así sucede con el artista, músico incluido, y se revela significativamente en los dos últimos trabajos publicados por Bob Dylan, que sigue adelante con la colección The Bootleg Series, rescatando gemas de sus bien poblados archivos, y de Rod Stewart. En ambos, repletos de rarezas, versiones y adaptaciones de sus clásicos, viajamos con ellos casi cuatro décadas en el túnel del tiempo.
El doble CD de Dylan, titulado Another self portrait (Sony) y que en su edición de lujo se va a cuatro con el concierto del festival Isle of Wight de 1969 con The Band, es ya el nº10 de su operación de rescate. El trabajo, que recoge 35 grabaciones realizadas entre el 69 y el 71, muestra a Dylan huyendo de su leyenda como "cantante protesta" o "político", en un periodo prolífico pero polémico, el que dio origen a los discos Self portrait y New morning. Ambos no están, ni de lejos, entre lo mejor de su discografía y muestran un sonido amable, optimista y familiar, pero ofrecen numerosas gemas.
Self portrait, editado en junio de 1970 y su 10º disco de estudio, fue un éxito pero, también, el primero en recibir críticas negativas. "¿Qué es esta mierda?", se preguntó Rolling Stone. El estadounidense estuvo secundado por David Bromberg (guitarra) y Al Kooper (teclados, guitarra), y ahora podemos vivir aquellas sesiones originales, sin regrabaciones. Sesiones en las que muestra una voz más dulce, y que rescatan clásicos folk -Little Sadie-; versiones de Tom Paxton; piezas en vivo con The Band; inéditos como la preciosa Spanish is the loving tongue; tomas alternativas desnudas de Only a hobo; o juegos con George Harrison en Time passes slowly.
El 2º CD ofrece incluso más experimentos escondidos, como añadir un violín gitano a If not for you; metales en New morning; un Sign on the window con sección de cuerdas; un piano a pelo en Went to see the gipsy? Y versiones, directos rock y blues, armónicas folk, coros gospel femeninos, steel guitars country, otro autorretrato para la portada? Grabaciones sin retocar que muestran a un artista -a caballo entre el folk tradicional y el de su época, y huyendo de su imagen de portavoz generacional- siempre en movimiento.
Rod, en la cima Por el contrario, Rarities (Universal) nos ofrece a Rod Stewart, que acaba de regresar en 2013 al nº 1, con su comercial Time, en la cima de su carrera artística, entre 1969, junto después de abandonar el grupo de Jeff Beck y de formar The Faces con Ron Wood, y 1974. El doble CD rescata 24 canciones de las sesiones de grabación de sus primeros cinco discos en solitario, repletos de versiones ajenas, caras B, tomas alternativas de sus éxitos, grabaciones para la BBC y descartes de estudio.
Rarities ofrece un atracón de buen r&b, soul y folk rock, con Rod en su plenitud vocal, bien acompañado (con el posterior stone Ron Wood al frente) y en sus años excelsos, antes de sentirse sexy, darse a los excesos, al fútbol y preferir ser una estrella antes que el magnífico intérprete de rock que fue. Clarividentes son las adaptaciones de sus éxitos -de You wear it well y Farewell a Maggie May, que suena con su letra todavía en construcción y en la BBC-, versiones tempranas de aquel periodo, ediciones de singles o las múltiples versiones, alguna de Dylan incluida, además de temas de Hendrix, Jerry Lee Lewis, Carole King (sugiriendo su posterior faceta crooner), Aretha Franklin, Rolling Stones? Una preciosa joya.