Donostia. LOS colores primarios que dominan el cartel de la 61ª edición presidieron la animada gala inaugural que anoche acogió el Kursaal. La ceremonia comenzó con la breve actuación de Demode Quartet, formación integrada por Mikel de la Fuente, Iker Huitzi, Juli Pascualena y David Rosco, que interpretaron a capella una hermosísima música original de Xabier Zabala. La melodía, grabada después por Kaabestri Ensemble, fue la banda sonora de una gala a la que asistió el ministro de Cultura José Ignacio Wert; el lehendakari, Iñigo Urkullu; el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, y el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, máximos representantes de las cuatro instituciones públicas que apoyan el Zinemaldia.

De maestros de ceremonias ejercieron Unax Ugalde y Cayetana Guillén Cuervo, que en su primera intervención no olvidaron subrayar que el certamen "no es ajeno al momento social y económico que estamos viviendo". También recordaron que "tradicionalmente las grandes crisis son una oportunidad para el cambio y la renovación", por lo que destacaron el papel del Zinemaldia "como motor económico" y de diversión.

El director de La vida de Adèle, Abdellatif Kechiche, recogió el Gran Premio Fipresci por su exitosa película, que fue proyectada ayer en un único y solicitado pase nocturno, y después llegó uno de los momentos más emotivos de la ceremonia.

Akiko Koyama, viuda de Nagisa Oshima, envió un vídeo a la organización en el que aparece depositando flores en el cementerio donde está enterrado su marido. El cineasta japonés al que el Zinemaldia dedica este año su retrospectiva clásica falleció en enero de este año pero, según dijo su esposa, "estaría muy honrado y feliz" por el homenaje del certamen donostiarra.

El animador estadounidense Bill Plympton introdujo los contenidos de la otra retrospectiva, Animatopia, dedicada al cine de animación de los últimos años, y alabó la "libertad" de estilos y temas de la selección.

Oliver Stone, que hace doblete en Zabaltegi con dos trabajos distintos pero centrados en episodios del pasado, llamó la atención sobre la necesidad de "repensar" la historia, mientras que la actriz oriental Michelle Yeoh presentó la sección más sabrosa del Zinemaldia: Culinary Cinema.

La simpática Annette Bening (Premio Donostia en 2004) y el director Terry Gilliam traen trabajos distintos a Perlas. La actriz dijo sentirse "afortunada" por regresar a Donostia y recibir el cariño del público, mientras que el exintegrante del grupo Monty Python pronunció un alocado discurso en el que alabó el certamen sin olvidar los golpes que ha recibido por parte de la crítica. "Este es uno de los grandes festivales de todo el mundo, con un público y una crítica muy apasionados. Si les gusta tu película pueden hacer que te sientas en el cielo; si no, te puedes sentir asesinado por tu arte", bromeó.

La actriz vasca Sara Cozar habló de los contenidos de Zinemira y Marina Stavenhagen, presidenta del jurado de Nuevos Directores, hizo lo propio con su apartado.

Y no fueron siete, sino seis, los integrantes del jurado que salieron al escenario para presentar las películas de la Sección Oficial. A la espera de Valeria Bruni Tedeschi, que llegará hoy, comparecieron Mariela Besuievsky, David Byrne, Paulina García, Cesc Gay, Diego Luna y su presidente, Todd Haynes, que se refirió a la fama que "precede" a San Sebastián.

El momento más humorístico de la noche lo pusieron el actor Arturo Valls y Juan José Campanella, antes de la proyección en 3D de Futbolín. "Depués de Oliver Stone, Annette Bening y Todd Haynes me siento como Peter Sellers en El guateque, invitado por error", aseguró antes de pedir a los espectadores "bucear" en su interior para "sentirse como niños" durante hora y media antes de adentrarse en "una semana de pelílculas maravillosas".