Venecia. Judi Dench deslumbró ayer en Venecia con su tierna, sutil y brillante interpretación de Philomena, un papel que debería darle con justicia la Copa Volpi a la mejor interpretación femenina de la Mostra, en cuya competición oficial participa este filme, dirigido por Stephen Frears.
La película recibió el más fuerte y prolongado aplauso logrado hasta el momento por un largo de la competición oficial de esta edición de la Mostra, mientras que Dench fue recibida con una fuerte ovación a su llegada a la rueda de prensa, donde señaló, con humildad, que su principal preocupación no era su estado emocional, sino el del personaje que interpretaba.
"Intento ayudar contando su historia", afirmó la actriz, que considero como una "gran responsabilidad interpretar a alguien que está vivo". En este caso, la mujer encarnada es Philomena, una irlandesa que en su adolescencia queda embarazada y acaba en un centro para chicas descarriadas en el que dan en adopción a su hijo.
Cincuenta años después, la mujer decide confesarle su gran secreto a su hija y comienza la búsqueda del niño perdido acompañada por un periodista, exportavoz del Gobierno británico, un personaje tan inteligente como irónico al que da vida Steve Coogan, que es también coguionista y productor del filme.
La verdadera Philomena "es muy divertida e increíblemente viva y nos entendimos muy bien. Creo que tenemos un sentido del humor similar", señaló la actriz. Tranquila y pausada, quiso dejar todo el protagonismo a la Philomena real y reducir la importancia de una interpretación excepcional, que llevó a Frear a decir: "Cuando no trabajas con ella es cuando tienes problemas".