Londres. Considerado el alma lírica de Irlanda, el poeta y dramaturgo irlandés Seamus Heaney, ganador del premio Nobel de Literatura en 1995, murió ayer a los 74 años tras una corta enfermedad.
La reacción del Gobierno irlandés no se hizo esperar: el ministro de las Artes, Jimmy Deenihan, le alabó no sólo por su trabajo como escritor sino también por promocionar su país. "Era un hombre muy modesto, muy humilde y accesible. Era una enorme figura internacional, un gran embajador para la literatura y para Irlanda. Allá donde viajes y hables de poesía y literatura, el nombre de Seamus Heaney aparece inmediatamente", señaló Deenihan.
Con Heaney se va la figura más destacada de la poesía irlandesa desde William Butler Yates (1865-1939); como Yates, Heaney obtuvo el premio más prestigioso de su profesión y, también como él, su reputación e influencia fue más allá de los círculos literarios. Autor de diez libros de poesía (Death of a Naturalist y Field Work, entre ellos) y una Antología Poética. Nacido el 3 de abril de 1939 en una granja cercana a la localidad de Derry, en Irlanda del Norte, fue el primero de los ocho hijos de una familia católica dedicada a la agricultura. Su abuelo y su padre heredaron de sus antepasados una pala para cavar la tierra, un instrumento que él cambió por la pluma desde sus años de universitario. Su obra cumbre, North (1975), es una alusión a la guerra de resistencia católica por la ocupación británica de Irlanda del Norte. En ella, aunque no muestra afinidad con los activistas republicanos, confiesa comprender su "pasión por la venganza tribal". El 5 de octubre de 1995 la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura por su "obra literaria de belleza lírica y profundidad ética, que exalta los milagros de cada día y el pasado vivido".