pamplona. Están viviendo el éxito mundial en sus carnes pero mantienen más que dignamente su filosofía y su espíritu. Ejemplo de lo que puede hacer sentir y vivir la música, bien entendida.

Para empezar, y aunque sea una historia ya muchas veces contada, que casi se ha transformado en leyenda, Crystal Fighters tomó su nombre de una obra inacabada escrita por el abuelo del Laure, que vivía en un pueblo navarro. ¿Recordáis el nombre de la localidad? ¿Que contenía aquella ópera para atraeros hasta el punto de dar lugar al nombre del grupo?

El abuelo de Laure no vivía exactamente en un pueblo, vivía a las afueras. No recuerdo muy bien cómo se llamaba este lugar, pero lo que sí sé es que vivió allí solo durante muchísimos años, y que fue precisamente ahí donde escribió esta ópera que Laure encontró tras su fallecimiento. Para nosotros esta pieza fue muy inspiradora porque nos descubrió una nueva cultura que hasta entonces no conocíamos. Durante muchos años nos habíamos guiado por la cultura y la música europea; eso era lo que conocíamos y eso era lo que hacíamos. Pero cuando esta nueva cultura llegó hasta nosotros cambió nuestra forma de ver las cosas, nos hizo pensar que quizá debíamos intentar trabajar con ello y ver qué pasaba. A partir de ahí comenzamos a experimentar y vimos que a la gente le gustaba lo que hacíamos.

Sobre la música se ha repetido mil veces que todo estaba inventado, ¿de alguna forma podemos afirmar que vuestra mezcla de música folk, rock y electrónica alcanza un punto de originalidad que se puede calificar como algo nuevo?

Sí, al menos eso espero la verdad. Creo que desde el primer momento en que empezamos a mezclar el estilo folk con el formato electrónico fuimos conscientes de lo inusual de ese nuevo sonido que estaba surgiendo; es más, cuanto más experimentábamos con ello más diferente y único era ese nuevo estilo, más incluso de lo que nosotros mismos habíamos esperado en un principio. Para mí, la fórmula de prueba y error es la mejor manera de separarte de ideas cliché o preconcebidas, para explorar nuevas posibilidades, avanzar y generar algo nuevo.

¿De qué forma se relaciona cada una de vuestras canciones con una ópera, algo constantemente apuntado por la crítica especializada?

Bueno, creo que esa sensación general de que nuestras canciones se relacionan con una ópera tiene bastante que ver con la forma en que vendimos lo que hacíamos al principio. Buscábamos que nuestros espectáculos se hicieran en salas oscuras, sobre un escenario... y a eso se le podía añadir lo que se quisiera. Ni siquiera era necesario hablar, ni que hubiera batería u otros instrumentos similares, era un espectáculo donde los protagonista eran la emoción y el teatro. Cuando llegábamos a los lugares donde actuábamos íbamos casi sin equipo porque era una puesta en escena más cercana y emotiva; en ese sentido era más como una ópera.

Es evidente que el resultado del jumelage es óptimo, pero, ¿cuál es la clave para conjugar instrumentos básicos como la txalaparta con los sintetizadores, por ejemplo?

Creo que la clave fundamental para conseguir una buena fusión es utilizar los instrumentos de la forma correcta, de la forma más adecuada para que, al unirlos, el sonido sea el buscado. Además de eso es también importante grabar bien el resultado, con una buena calidad; y, por supuesto, utilizar los oídos para entender estos brillantes instrumentos del folclore vasco. Unos instrumentos que son preciosos, muy antiguos y que a nosotros nos aportaron el elemento tribal que andábamos buscando para complementar la música que ya estábamos haciendo.

Hasta ahora hemos hablado de la forma, pero el contenido es tan importante o más en Crystal Fighters. ¿Qué papel juega la espiritualidad, el contacto con la tierra y saber que formamos parte de un universo a respetar en las canciones del grupo, y en su propia filosofía?

Estas ideas juegan un papel muy importante en nuestras canciones y en nuestra banda, eso es totalmente cierto. Creo que el grupo ha ido acercándose cada vez más en sus álbumes a esas ideas de estar en paz con uno mismo y de respetar el mundo que nos rodea. Pensamos que, quizá, cada cosa que hacemos juega un papel extremadamente crucial en el universo, por eso para nosotros es una preocupación muy importante que la gente lo entienda y actúe en consecuencia. Que entienda que todos formamos parte de esto y que si nosotros mismos no hacemos nada por nuestro mundo nadie lo va a hacer. Y por eso mismo, porque queremos que el mensaje llegue a la gente, utilizamos para ello nuestras canciones.

En los tiempos que corren, hasta qué punto se puede llevar a cabo una forma de vida 'orgánica', sin herir al planeta. En vuestro caso por ejemplo, utilizáis grandes cantidades de electricidad para llevar a cabo los conciertos, ¿no es esto quizá una contradicción?

Sí, definitivamente siempre hay problemas para intentar llevar a cabo una vida orgánica que no perjudique al planeta, sobre todo con esta vida que llevamos, pero creo sinceramente que el verdadero problema es más grande que todo eso. Me refiero a esas grandes corporaciones que tienen mucho capital y muchos recursos y, sin embargo, se niegan a utilizarlos como corresponde, fomentando movimientos positivos. Y, por otro lado, está la gente como nosotros, gente que, sin todos esos recursos, trata de extender ideas y generar un movimiento favorable hacia las cosas importantes. En nuestro caso particular, como banda, siempre intentamos ser amigables con el medio ambiente y además tratamos de favorecer y extender el mensaje del buen uso de los recursos disponibles.

¿De verdad creéis, observando vuestro alrededor o simplemente mirando las noticias en televisión, que el amor puede ganar?

Bueno, es normal a veces llegar a la conclusión de que el amor no debe estar muy presente en este mundo, sobre todo cuando uno ve el tipo de cosas que suceden a diario y que aparecen en las noticias. Pero pienso que es importante intentar creer que el amor sí está ahí a pesar de todo, en esta vida siempre hay un resquicio de esperanza. Y en realidad lo importante es que el amor, en cualquiera de sus formas, es la señal de lo que uno es capaz de hacer por los demás. Eso significa que, por ejemplo, en el acto de respetar este mundo estamos también de alguna manera amando a los demás, porque estamos respetándolos a ellos y al lugar en el que habitamos todos.

¿Hasta que punto sería acertada la comparación de un concierto de Crystal Fighters con un carnaval?

Sería realista la comparación porque para nosotros los diferentes carnavales alrededor del mundo han sido una fuente de inspiración bastante grande a la hora de llevar a cabo nuestro trabajo. Especialmente por todo lo que tiene que ver con involucrar diferentes culturas, formas de ver y vivir la vida, con la idea de traer nuevos sonidos y también con la de querer destruirlo todo. Todo eso es, de alguna forma, lo que nos ha llevado a ir más allá de lo que ya teníamos, a dejar aquel sentido de ópera que nos acompañaba para pasar a buscar algo más.

¿Cómo habéis desarrollado la inmersión en los elementos del folclore vasco, tanto instrumentales como festivos o folclóricos?

Para nosotros la inmersión ha sido muy fácil porque siempre nos hemos sentido muy bien recibidos como banda en el País Vasco. En gran parte creo que la razón de ello es que los vascos siempre han buscado nuevas formas de ver representada esa tradición ancestral, son personas muy culturales, que aman y respetan su cultura. En ese sentido estamos encantados y nos sentimos honrados de poder ser parte de esto y poder aportar nuestro granito de arena, ya que siempre nos ha fascinado todo lo que tiene que ver con el folclore vasco, y a nivel general todo lo relacionado con las diferentes culturas del mundo.

Las canciones de 'Cave rave' son ejemplo de que, aunque nacidas en un pequeño país del norte del Estado español, ¿la música consigue que sea extrapolable a todo el mundo, que todos lo puedan sentir suyo y disfrutarlo?

Personalmente creo que sí, que las canciones y la música llegan a todo el mundo, de distintas formas, pero llegan. Una misma canción puede significar cosas muy diferentes para varias personas y, en definitiva, esa es la idea, expresar sensaciones, ideas y sentimientos que lleguen a distintas partes, a distintos lugares y a distintos tipos de gente. La realidad es que al principio escribimos esos temas sin saber qué iba a pasar y, sin embargo, ahora mira dónde estamos, recorriendo el mundo de gira, eso es una buena muestra de lo que está ocurriendo. Para nosotros fue genial esa energía especial que sentimos cuando escribimos y creamos las canciones del álbum, y ahora es incluso mejor todavía porque esas canciones las sentimos vivas al ver la respuesta de la gente que viene a vernos.

Y llegamos a Zugarramurdi, quizá el concierto más especial de toda la gira. ¿Conocíais el lugar? ¿Cómo se va a desarrollar el concierto y la fiesta posterior?

Yo estuve allí hace un mes para ver un poco cómo iba a ser el escenario, el lugar, y para asegurarme de que todo esté tal y como lo necesitamos. El concierto va a ser impresionante, muy bonito, espectacular. Tengo muchas ganas de que llegue el momento porque va a ser algo muy grande. Se ha preparado todo para que la gente pueda llegar fácilmente en autobuses desde San Sebastián, y además se ha planeado una gran fiesta previa en los alrededores que va a incluir actividades culturales que servirán para conocer las tradiciones locales, pero sobre todo habrá mucha música. En cuanto a colaboraciones, actuarán junto a nosotros Belako y el grupo pamplonés Wilhem and The Dancing Animals.

Esta gira mundial ha supuesto la explosión de Crystal, ¿cómo se vive desde dentro? ¿Se puede mantener el tipo, la humanidad, sumergidos en el éxito?

Sí, no hemos dejado de ser nosotros mismos en ningún momento, seguimos siendo humanos, eso no ha cambiado. En realidad, lo importante para nosotros es saber mantener los pies en la tierra y tener los ojos bien abiertos a todo lo que va ocurriendo. Nos apoyamos mucho unos en otros, y aunque siempre estamos atentos a los progresos que vamos haciendo, procuramos tomárnoslo como parte de lo que somos y de lo que conlleva dedicarse a la música. Y sí, intentamos siempre dejar un buen rastro de lo que hacemos para los futuros músicos o niños que puedan algún día llegar a seguir los mismos pasos que nosotros.

¿Puede la música llegar a transmitir vuestro mensaje sin entender la letra?

Yo creo que sí, la música lo es todo, expresa más que las palabras y es capaz de llegar de formas inimaginables. En nuestro caso, puede que incluso llegue más por el tipo de música que hacemos, es diferente, peculiar y eso siempre invita a escuchar. Desde el principio intentamos que llegue a todo el mundo una primera impresión positiva de lo que somos solo con el hecho de escuchar las frecuencias que creamos. Eso ya de por sí ayuda en el proceso de conseguir que llegue a la gente, luego las lecturas de una misma música son infinitas dependiendo de las personas que lo escuchan, pero eso es lo que enriquece tanto las canciones como a nosotros como compositores.

¿Qué es Crystal Fighters para Crystal Fighters?

Para mí personalmente los Crystal Fighters son mi segunda familia. Disfrutamos mucho trabajando juntos, intentando encontrar nuevas formas de ver la música y el mundo, probando y desarrollando nuevas ideas, y también buscando nuevas formas de vivir no solo para nosotros sino para todo el mundo en general. Para mí es un placer compartir mi tiempo con ellos y espero poder seguir haciéndolo tanto como sea posible.