Valladolid. Valladolid acoge desde ayer y hasta el 27 de octubre una visión de Antonio Gaudí alejada de su imagen más turística, a través de un recorrido didáctico para conocer con rigor la trayectoria del genial arquitecto catalán. El director de la Cátedra Gaudí, Juame Sanmartí, y la comisaria de la exposición, Charo Sanjuan, coincidieron durante su presentación en destacar la oportunidad que esta ofrece para conocer al arquitecto más allá de su "visión mediática".

Antoni Gaudí es el título de la exposición que acoge el Museo de la Pasión, una antigua iglesia reconvertida por el Ayuntamiento de Valladolid en sala de exposiciones, con un contenido más amplio del que, por razones de espacio, se pudo disfrutar hace un año en Zaragoza. La idea es llevar el próximo año la muestra, con un contenido adaptado a cada espacio en que se exhiba, a Alemania y a Japón, según comentaron sus organizadores.

La muestra reúne cerca de un centenar de piezas, entre planos, dibujos, maquetas, muebles o fotografías, e incluso una máscara fúnebre del arquitecto. A través de ellas se narra la trayectoria de Gaudí de una forma alejada "de la vorágine" creada sobre el arquitecto universal, convertido en un icono turístico de tal forma que "se ha perdido un poco el respecto a su memoria", en palabras del director.

Jaume Sanmartí recordó que en la década de 1970 la obra del innovador arquitecto "estaba abandonada; no era mediático". La exposición pretende ofrecer un recorrido por la evolución "del Gaudí no turístico ni mediático, el Gaudí culto", alejado del gancho "consumista" generado sobre su figura, subrayó Sanmartí.

Por su parte, la comisaria hizo hincapié en esta intención de no quedarse en "una visión superficial" sobre su figura, "para buscar el rigor y la profundidad" de una forma didáctica. El recorrido comienza centrado en aspectos biográficos, "para desmontar mitos" como que Antoni Gaudí siempre fue "un místico", por lo que se muestran imágenes "de un joven apuesto" que se relacionaba con la burguesía en busca de contactos para sus proyectos.

Este repaso abarca desde estos comienzos hasta su muerte atropellado por un tranvía, "como un mendigo", pero con un entierro propio "de un rey", recordó Charo Sanjuan citando crónicas de la época. Los visitantes pueden observar algunos de los pocos dibujos que se conservan de la época de estudiante del arquitecto, maquetas como las de la Casa de la Pedrera o fotografías de cómo se fue construyendo.