Madrid. ¿Cómo se siente una madre a la que le han robado a su hijo? Esa es la pregunta que se hizo la escritora Inma Chacón y que ha dado como resultado Mientras pueda pensarte, su novela sobre el escándalo de los niños robados, la identidad, y las madres a las que les arrebataron a sus hijos.

Si ya Inma Chacón (Zafra, Badajoz, 1954) tocó algo del tema en Tiempo de Arena, la novela con la que quedó finalista del Premio Planeta en 2011, en su nueva obra Mientras pueda pensarte (Planeta) la escritora desarrolla toda una trama en torno al tema de los niños robados durante la posguerra, el franquismo y hasta los años noventa. "Es un tema que me interesa mucho -dice la autora-, por dramático y siniestro desde hace tiempo; ya en Tiempo de arena hablé algo de niños que fueron arrebatados a sus madres por cuestión social, pero cuando estaba escribiéndola saltó el escándalo de los niños robados en algunas de las clínicas de España y me quedé conmocionada". "Me llamó la atención -continúa- un caso concreto que me dejó perpleja, el de dos amigos a los que les confiesa, la madre de uno de ellos, que les habían comprado a plazos".

Y así, con estos mimbres, Inma Chacón traza ahora una historia con diferentes planos y que comienza con una joven del entorno rural, Dolores, a la que roban a su hijo a las pocas horas de nacer, en 1964, diciéndole que había muerto a causa de una infección. Una historia que se cruza con la de Carlos, un joven publicista de éxito que desconoce su verdadera identidad, pero al que tampoco le urge conocerla. A partir de ahí se desarrolla una trama por donde también pasa la república, la guerra, la posguerra, el mundo rural y una paleta de personajes con muy diferentes psicologías. Una fascinante historia en la que el leit motiv es la reflexión sobre la maternidad y la búsqueda de la identidad. "Es una novela que tiene muchos planos narrativos y una historia que también he querido entrelazar con todo lo que sucedió a raíz de la represión franquista y con el mundo rural desde los años treinta al 2004", subraya la autora.

Pero; por encima de todo, Chacón plantea en la novela el asunto de la identidad y la herida abierta que supone este capítulo de la historia de España, la tragedia de los bebes robados, que comienza con los niños arrebatados a las presas republicanas en las cárceles siguiendo la idea del psiquiatra y coronel del ejército, Antonio Vallejo Nájera, quien consideraba que el comunismo era una enfermedad mental, un gen, que había que extirpar. Un tema y una investigación que, en muchos casos, sigue abierta pero muy difícil de demostrar, porque para poder conocerla y hacer justicia habría que acusar a implicados que no hubieran fallecido, como también queda reflejado en la novela.