Benicàssim (Castellón). Lejos de cumplir los agoreros pronósticos de los promotores y repetir los pésimos resultados de la recaudación de los primeros meses de conciertos tras el incremento del IVA al 21%, hace ya casi un año, los grandes festivales del país han mostrado un vigor envidiable este verano, salvo sonadas excepciones.

A falta de unos pocos días para que culmine la temporada estival y tras el cierre ayer mismo de uno de los foros más veteranos, el Sonorama Ribera, ya se puede decir que, al menos en cuanto a asistencia, 2013 ha sido un año positivo, superando incluso las cifras de años anteriores. Queda por conocer si los ingresos y beneficios acompañaron estos datos, toda vez que, según denuncia la Asociación de Promotores Musicales (APM), la más grande del sector, las taquillas de sus conciertos obtuvieron de septiembre a marzo, ambos inclusive, un 27% menos de recaudación neta.

El festival Viña Rock, que se celebra en Villarobledo (Albacete), se ha coronado como el que mayor número de visitas diarias ha recibido, 61.000, según datos de la organización, que ha visto cómo este festival, deficitario en los últimos tiempos, cambiaba de gestores y de suerte. Sus nuevos responsables se felicitan por partida doble, pues otra de sus citas, el Arenal Sound de Burriana (Castellón), batió su récord con 280.000 visitas y una media de 55.000 jóvenes por día, la mayoría nacionales, reafirmando su tendencia al alza (en 2012 ya reunió a 54.000 personas por día, 15.000 más que en 2011).

Es la misma dinámica del cada vez más grande e internacional Festival Primavera Sound de Barcelona, que a lo largo de las cinco jornadas superó sus registros con 170.000 visitantes, cifra que supone un incremento respecto a las 150.000 del año pasado y los 120.000 de 2011.

También en Barcelona, el Festival de Música Avanzada Sónar batió igualmente su récord, con 121.000 personas de 102 países durante tres días, un 24% más de espectadores que el pasado año, cuando se llegó a otro techo de 98.000 espectadores.

La costa mediterránea aún dio más alegrías. Por el primer festival de la temporada, el SOS 4.8 de Murcia, pasaron un total de 90.000 asistentes, mientras que La Mar de Músicas de Cartagena “superó las expectativas” de sus organizadores, en repercusión mediática y venta de entradas, con unas 40.000 personas participando en sus actividades.

En Benidorm (Alicante), el Low Cost Festival se asentó como una exitosa y barata alternativa con una programación de calidad. Cerca de 75.000 personas asistieron a la quinta edición, con 15.000 personas más por día que en la pasada edición, que a su vez había mejorado la asistencia de 45.000 personas de 2011.

No le fue mal del todo tampoco al Bilbao BBK Live, que en su octava edición obtuvo datos similares a los del año anterior, 105.000 personas, por las 110.000 de 2012, el récord de esta cita.

La nota disonante la puso el Festival Internacional de Benicàssim (Castellón), que vivió su momento más crítico a solo una semana de su celebración debido a los problemas económicos de la empresa organizadora. Finalmente, el FIB reunió a 35.000 visitantes diarios, un 60% procedente de Reino Unido. En total, fueron 140.000 visitas en cuatro días, menor que la de 2012 (160.000 personas), que a su vez había sido un 20% menor a la de 2011.

Igualmente inferior fue la respuesta al Sonisphere, que este año desdobló su oferta entre Madrid y Barcelona. Si en 2012 estableció su récord, con más de 92.000 asistentes, esta vez fueron 52.000, por debajo también de la cifra de 2011 (70.000).

El Azkena Rock de Vitoria también cayó. La decimosegunda edición congregó a unas 25.000 personas, lejos de las 41.435 que disfrutaron del cartel de 2012. >efe