Bilbao. El Museo de Bellas Artes de Bilbao se lanza este otoño a una aventura impresionista con la antológica que va a dedicar a Darío de Regoyos (Ribadesella, 1857 - Barcelona, 1913), coincidiendo con los cien años de la muerte de este artista, que aunque nació en Asturias, mantuvo una gran relación a lo largo de su vida con el País vasco. En su etapa madura, realizó abundantes paisajes de localidades de Vizcaya y Guipúzcoa. En Irún estableció su residencia entre 1882 y 1888. Posteriormente, regresó a la ciudad del Bidasoa entre 1900 y 1902. Los muelles de la ría de Bilbao, los paisajes del Duranguesado y los rincones de Las Arenas en los primeros años del siglo XX quedaron reflejados también en sus cuadros, fruto de sus años de estancia en Bizkaia. "La pinacoteca bilbaína ha programado esta antológica siguiendo la estrategia de los últimos años de profundizar en el conocimiento del arte vasco a través de exposiciones, publicaciones y nuevas adquisiciones", explican desde el museo de la capital vizcaína.

La aventura impresionista, que reúne 150 de sus obras, entre óleos, pasteles, acuarelas, dibujos y grabados, está comisariada por Juan San Nicolás, uno de los máximos especialistas en el pintor, y patrocinada por la BBK. Llegará al museo a partir del 7 de octubre y se convertirá, sin duda, en protagonista indiscutible del otoño en el Bellas Artes de Bilbao y en cita indispensable de la programación artística vasca.

La pintura de Regoyos se puede dividir en cuatro etapas claramente diferenciadas. La primera de ellas, la etapa belga, está marcada por retratos y paisajes en el que la luz tenía una importancia capital. En la segunda, se muestra el lado más sombrío de España en la célebre serie España negra, que pintó tras recorrer todo el país junto a su amigo el poeta Émile Verhaeren. La influencia de Seurat, Signac y Pizarro tuvo especial importancia en el periodo puntillista. Por último, la etapa impresionista, la más conocida, es el hilo conductor de esta exposición. Precisamente, sus paisajes vascos pertenecen a esta época llena de luz.

Dario Regoyos. La aventura impresionista presentará, además, documentación original (cartas, fotografías, catálogos de exposiciones?) con los propósitos de ampliar y poner al día los datos sobre su personalidad, sus relaciones profesionales y de amistad, y su perfil biográfico.

Existe una amplia muestra del arte de Darío de Regoyos en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el MNAC de Barcelona y el Museo Carmen Thyssen de Málaga, pero en esta antológica, tal y como se explica en la pinacoteca bilbaína, se han conseguido reunir numerosas obras que pertenecen a coleccionistas privados.

Tras exponerse en la capital vizcaína hasta finales de enero, viajará al Thyssen-Bornemisza de Madrid, donde permanecerá hasta junio del año que viene, y posteriormente, se podrá ver, en versión más reducida, en el Museo Carmen Thyssen de Málaga hasta noviembre del 2014.

Cubismo Otra de las exposiciones que el museo presentará este otoño, a partir del 23 de septiembre, mostrará una selección de los fondos artísticos de Telefónica, concretamente su colección cubista. A partir de un núcleo inicial de 11 obras del pintor madrileño Juan Gris como representante de una nueva definición del cubismo, la muestra pone de relieve el carácter internacional de este movimiento y la importante participación de artistas españoles y latinoamericanos.

La exposición estará compuesta por 43 obras realizadas entre 1912 y 1933 por algunos de los mejores pintores cubistas. De este modo, junto a las obras de Juan Gris, se reúnen trabajos significativos de Albert Gleizes, Rafael Barradas, María Blanchard, Jean Metzinger, Louis Marcoussis, André Lhote, Joaquín Torres-García, Manuel Ángeles Ortiz, Vicente do Rego Monteiro, Alexandra Exter, Natalia Goncharova, Auguste Herbin, Georges Valmier, Xul Solar, Celso Lagar, Joaquín Peinado, Daniel Vázquez Díaz y Emilio Pettoruti.

La colección, que se puede ver en el Espacio Fundación de Telefónica en Madrid, incluye óleos sobre lienzo, técnicas mixtas y collage y, como última incorporación, tres poemas pintados de Vicente Huidobro.

Grabado sardo Y con motivo del 2º Festival Internacional de Grabado, -que tras el éxito, el pasado año, de la primera edición se volverá a celebrar en Bilbao entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre- el museo ofrecerá una exposición de obra gráfica bajo el título Cerdeña indescifrable. El signo grabado.

Durante este festival, una selección de galerías de arte se darán cita en este evento, único en Europa, que tendrá su sede en el Mercado del Ensanche de la capital vizcaína. Organizado por Casa Falconieri, Grupo Intermedio e Ikas-Art, se incluye también esta muestra que se presentará en la pinacoteca una selección de trabajos gráficos de artistas sardos de la primera mitad del siglo pasado, que tuvieron una amplia proyección a través de su participación en las bienales de Venecia y en otras exposiciones relevantes, en diálogo con artistas sardos contemporáneos, que representan la innovación en el arte del grabado.

Cerrará la programación otoñal del museo un invitado muy especial procedente del Centro Reina Sofía de Madrid: El marino vasco Shanti Andía, el temerario, (1920), de Zubiaurre. El programa La Obra Invitada, que desde 2004 cuenta con el patrocinio de la Fundación Banco Santander, ha traído en préstamo temporal al museo durante 2013 obras de Aurelio Arteta, Paul Delvaux y Francisco de Zurbarán. ahora será Zubiaurre quien cierre el programa con esta obra emblemática, que podrá contemplarse desde el 18 de septiembre hasta el 5 de enero de 2014.

A lo largo de estos años, se ha presentado medio centenar de obras de diversos autores, escuelas y cronología dentro del programa La obra invitada. Entre otras, el público ha podido contemplar obras destacadas de El Greco, Canaletto, Zurbarán, Toulouse-Lautrec, Van Dyck, Chillida, Hockney, Berruguete, Van Gogh, Artemisia Gentileschi, Tintoretto, Manet, Rubens, Turner, Magritte, Kieffer o Pérez Villaamil.