Madrid. Internet ha cambiado la forma de acercarse a la cultura y cada vez son más los artistas que rompen los grilletes de las grandes industrias culturales para enfrentarse a sus proyectos más personales con el único apoyo de sus seguidores, que los financian mediante la técnica conocida como crowdfunding.
Cientos de micromecenas anónimos son los protagonistas de esta nueva fórmula de financiación colectiva que permite que diversos proyectos artísticos de calidad obtengan los fondos necesarios para realizarse. Literatura, exposiciones artísticas, movimientos sociales, proyectos cinematográficos e incluso negocios están surgiendo gracias a esta novedosa fórmula que se aleja de los créditos bancarios y las obligaciones megalómanas de las industrias culturales. Sin embargo, son los proyectos musicales los que reciben más apoyo popular y cuentan con una proporción de éxito del 79%, según datos de Verkami, la principal plataforma de crowdfunding en España.
El micromecenazgo aporta una solución frente a la dramática situación que arrastra la industria discográfica que ha impuesto su propia forma de entender la cultura, sometida a los dictámenes comerciales y que ahoga la creatividad de muchos talentos sin explotar o, en ocasiones, demasiado explotados. De este modo, el crowdfunding musical permite que la gente escuche aquello que desea y no los sonidos masticados de las discográficas.
Convertidos en mecenas, los seguidores de un estilo auténtico de hacer cultura financian a sus artistas preferidos en sus proyectos personales a cambio de recompensas y material inédito. "Atrás quedó la época en la que los magnates de la industria cultural decían lo que podía salir y lo que no", señaló la mestiza banda Canteca de Macao con su petición de financiación en la plataforma Lánzate.
Para muchos artistas, el crowdfunding es la manera idónea de democratizar la cultura ya que no hay censura de ningún tipo, cualquier género puede ser escuchado, y además es el trampolín adecuado para que los sueños de muchos cantantes se conviertan en realidad. El auge de las nuevas tecnologías, que pone en contacto a gente de diferentes lugares pero con aficiones en común, ha sido un factor imprescindible para el desarrollo de la financiación colectiva. "Para los artistas emergentes Internet es vital", señala el cantante Alberto Anaut, que ha publicado su primer disco, 140, gracias a esta técnica de micromecenazgo.
Una idea con solera Mola.fm es la última plataforma estatal dedicada en exclusiva a la financiación masiva musical en la que, además de dotar económicamente los proyectos, el donante también puede participar en el proceso de composición, producción, grabación, distribución y promoción. De este modo, el mecenas, además de obtener la recompensa por su implicación en el proyecto, también podría obtener beneficios de las ventas del disco.
El crowdfunding es cada vez más popular pero esta tendencia ha existido siempre. Ya en la década de los noventa varios grupos musicales financiaron sus álbumes y giras con donaciones de sus seguidores como el grupo británico de rock Marillion en 1997 o Extremoduro en 1989.