Vitoria. Hace muy pocas semanas, Vemon vio la luz. Stone Keys publicaba el primer disco de esta nueva aventura en la que Raúl Aransaez hacía vibrar las cuerdas de su guitarra como ya lo había hecho en Free&Fools y, sobre todo, en Reverendo Parker. Pero por desgracia, el martes a la tarde-noche la música se detuvo y la escena alavesa perdió a uno de sus componentes más querido y respetado.
Sobre el escenario (desde el Azkena Rock Festival hasta Helldorado seguro que hay pocas tablas alavesas que Aransaez no pisó) o detrás de la barra del Compay (conocido local ubicado en Zaramaga), el guitarrista supo conquistar a muchos, demostrando que cuando la actitud y la aptitud coinciden en una misma persona, poco hay que decir.
Fue haciendo unos pequeños arreglos en el bar de la calle Reyes de Navarra cuando el martes Raúl comenzó a sentirse mal. Acudió a Urgencias, fue ingresado pero al poco tiempo su corazón se paró. El guitarrista había cumplido el pasado día 2 los 45 años, justo un día después de estar con este periódico charlando sobre el nuevo disco de Stone Keys para realizar un reportaje que se iba a publicar este sábado tras las fiestas, aunque es evidente que, ante todo por respeto, al final no será así.
Desde el rock, el blues, el hard rock, su guitarra siempre estuvo al servicio de la música y del público. De hecho, las seis cuerdas le acompañaban también repartidas por casi cualquier rincón del Compay. Sin duda, su paso por Reverendo Parker, grupo que fundó a mediados de los 90 junto a Ray (hoy en Whisky Dyck), fue el que marcó su senda sobre los escenarios, siendo no pocas las publicaciones especializadas que distinguieron al grupo gasteiztarra como uno de los mejores del Estado dentro del rock-blues.
Junto a ellos quedan para el recuerdo discos como No aburras y Nos vemos en la 7ª, sin olvidar el DVD Live at Helldorado, que fue su última criatura juntos. Después llegó Free&Fools para dejarse llevar por las versiones para desembocar en un Stone Keys marcado por el hard rock. Vemon cobra ahora un nuevo significado, triste pero a la vez necesario puesto que es un nuevo testimonio de un hombre que supo aprovechar cada segundo.
Seguro que más pronto que tarde se organizará un homenaje. Ayer, Whisky Dyck decidió suspender su concierto en el Gaztetxe. Mañana seguirá presente su música.