Vitoria. La trigésimo séptima edición del Festival de Jazz de Vitoria ya es pasado. Ayer por la noche, un repleto Mendizorroza puso los últimos sonidos al programa oficial con la reunión, doce años después, de Chick Corea y Paco de Lucía. Se terminaron así (aunque todavía hoy se va a producir alguna actuación paralela) cinco días intensos tanto en el polideportivo como en el Principal y en no pocos locales de la ciudad. Es hora ya de que el certamen empiece, por tanto, a mirar a 2014, más allá incluso de la crisis que todo lo recorta. De todas formas, la música en directo no se detiene en tierras alavesas. Tampoco el jazz. Por fortuna, y casi milagro, son varios los espacios que siguen manteniendo una apuesta firme por distintos sonidos, escenarios que siguen luchando para atraer al público y dar voz a los músicos. La cultura no es algo de una vez cada doce meses. Foto: Josu Chavarri