Madrid. Asier Etxeandia está en racha, aunque agotado. En racha porque convierte en éxito todo lo que hace y agotado tras compaginar, en plena crisis y durante meses, cuatro trabajos. El Intérprete es uno de ellos, un espectáculo "terapéutico" que le exige al actor una exposición pública "máxima".

"En esta profesión, cuanto más cerca estés de la vergüenza, mejor. Es el camino. Alguien que trabaja en una oficina no tiene por qué exponerse, pero mi trabajo es precisamente eso, exponerme, por dentro y por fuera", comenta este bilbaíno de 38 años, horas antes de regresar hoy a Madrid, ahora al Circo Price, con El intérprete, uno de los platos fuertes de Los Veranos de la Villa. Un espectáculo que desde su estreno en marzo pasado, en funciones golfas, ya bien entrada la noche, llenó semana tras semana todos los viernes el madrileño Teatro de La Latina, gracias al "boca a boca" y a una crítica que fue unánime en el aplauso.

En búsqueda permanente Intérprete es lo que Etxeandia siempre quiso ser. Desde que era un niño o un adolescente "raro y algo friki", reconoce. Un joven que en la soledad de su habitación ponía voz y gesto a las canciones de quienes todavía hoy son sus ídolos. "Me hacían volar, y lo siguen haciendo, escuchar a Janis Joplin, ver a Madonna en sus vídeos o ver bailar a Jackson; imitar a Bowie y a Edith Piaf, ver llorar a Chavela cuando cantaba...", recuerda con añoranza. "Todos ellos me hicieron ser feliz de pequeño y me hacen feliz hoy", destaca. Y a todos ellos vuelve ahora en El Intérprete. "Sí -reconoce- este espectáculo es, de alguna manera, una necesidad de explicarme. Ante mí sobre todo. Necesitaba ponerme en paz conmigo mismo y, además, recordar por qué me dedico a esto". "Había algo en permanente búsqueda que me estaba empezando a quemar por dentro, algo que es posible compartir con los demás. Porque tengo la sensación de que mucha gente se siente como yo. De ahí que sea un espectáculo terapéutico para mí y para quien venga a verme".

Etxeandia confía que sea mucha gente, ya que a El intérprete le espera una nueva estancia en Madrid en otoño y una larga gira por toda España, además de la grabación de un disco. A quienes acudan hoy al Price, les aguardan muchas sorpresas sobre el escenario. "Muchas y grandes", anuncia el actor, a quien, pese a los intentos, es imposible sacar ni una sola. "Estarán grandísimos artistas. Nos hemos vuelto locos. Será un gran fiestón", se limita a decir.

"El niño raro y friki que fui queda superado con este espectáculo, que me ha cambiado por dentro", confiesa este hijo único que dedica un trabajo "tan personal" a sus padres.