madrid. Bien es sabido por todos, que el Partido Popular no atraviesa su mejor momento por aquello de los papeles de Bárcenas. En estos tiempos de crisis del partido, cualquier gesto por parte de sus líderes es comentado. Por ello, cuando Esperanza Aguirre se presentó el pasado martes a una reunión del Foro Madrid, en la que intervenía el ministro de Economía Luis de Guindos, con una grandes gafas de sol que no se quitó en ningún momento, (ni cuando se subió a la tribuna para intervenir en el acto) todos nos preguntamos a la vez: ¿Qué oculta la presidenta?
La polémica (y las bromas) estaban servidas. La presidenta regional de Madrid no tuvo más remedio que dar una explicación por su atuendo. "Me he quitado un párpado que me molestaba y, por supuesto, me lo ha hecho un cirujano plástico". Pero quiso dejar claro que no calificaba la intervención quirúrgica de retoque, ya que no se la hizo por estética, si no por el propio bienestar, según sus declaraciones.
La líder del PP madrileño ha dejado claro en múltiples de sus intervenciones públicas (que teniendo en cuenta su cargo, no son pocas) que es una mujer coqueta que cuida su imagen, a la que da mucha importancia. Pero como sobre gustos no hay nada escrito, su estilismo siempre dan que hablar (para bien y para mal): modernos zapatos, espectaculares y diversos broches en la solapa... pero nada ha logrado superar a su famosa mochila. Pocas personas olvidan que cuando Esperanza Aguirre concurrió por primera vez a las elecciones a la Comunidad de Madrid lució durante toda la campaña una mochila. Todos los días, independientemente del conjunto que llevase, la mochila estaba presente. La famosa bolsa se convirtió en su amuleto de la suerte.
Seguro que muchos recordarán el tan comentado episodio en el que la presidenta olvidó la mochila al salir de uno de los vagones del metro de Madrid. Fue cuando dijo preocupada aquello tan parodiado de "¡Me he dejado la mochila en el metro!". Aguirre recuperó el complemento, que verdaderamente le dio suerte, ya que ganó las elecciones.