Gijón. El escritor Leonardo Padura se definió ayer como un autor "absolutamente cubano", cuya obra futura "será cada vez menos negra y más social", porque considera necesario "romper los límites" de los géneros literarios.

El escritor cubano con mayor reconocimiento internacional dijo que la novela negra iberoamericana se ha "diversificado" durante la última década y se "ha vuelto más libre". Padura ofreció una rueda de prensa en la Semana Negra de Gijón, a la que acude con su novela El hombre que amaba a los perros, en la que aborda el asesinato de León Trotski. Considerada por la crítica como su novela más lograda, el autor (La Habana, 1955) ha reunido en 600 páginas el resultado de cinco años de investigación histórica del caso, que aún hoy, 63 años después, divide a la izquierda marxista. Padura ha dejado entrever la tesis de que Joseph Stalin traicionó el socialismo y con ello la esperanza de alcanzar la utopía de la igualdad.

En la Semana Negra, Padura habló de la realidad, de Cuba y de España y apuntó que la situación política, social y económica de ambos países le "duele". Nacionalizado español por "cuestiones de trabajo", Padura se siente "absolutamente cubano" y sólo puede escribir literatura en su casa del barrio habanero de Mantilla, donde nació. En ese sentido, reivindicó el sentimiento de "pertenencia" como un elemento fundamental de su vida como escritor.

Y sobre la realidad cubana, afirmó que "se están produciendo cambios que, vistos desde fuera, pueden parecer pequeños", pero que "son importantes" en la isla. "Cuba está evolucionando hacia una sociedad que será totalmente distinta a la de los años 90", afirmó, aunque deseó que los cambios sean graduales para evitar que "algunos sectores sociales queden muy desprotegidos, como ha ocurrido en los países del Este" de Europa.

jaritos También ha visitado estos días la Semana Negra el escritor griego Petros Márkaris, que el domingo atribuyó a la existencia de minorías "incapaces de llegar a acuerdos", una laicista y otra islamista, el clima de inestabilidad que vive Turquía. "Estambul es una ciudad de minorías donde coexisten comunidades como la armenia o la griega con los judíos, los cristianos y los islamistas", recordó. Y sobre el personaje del comisario Jaritos, protagonista de sus novelas policíacas, señaló que es su "mejor amigo" y que desayuna con él "todas las mañanas", dado que lo primero que hace cuando se levanta es tomar un café con él "para preguntarle qué es lo que va a hacer ese día", que se lo cuente y escribirlo luego.