bruselas. El tribunal civil de Bruselas fijó ayer la fecha del 3 de septiembre para celebrar una audiencia en el caso planteado por Delphine Boël, la presunta hija ilegítima del rey Alberto II de Bélgica, que reclama el reconocimiento de esa relación. Boël denuncia que, desde que en 1999 se hizo público que era hija del monarca, ha sido víctima de "discriminaciones".
Los abogados de Boël y de su madre, la baronesa Sybille de Selys-Longchamp, y los que representan a la familia real belga comparecieron este martes ante esa corte de Bruselas en una audiencia de introducción de la demanda en la que Délphine reclama una prueba de ADN a los príncipes Felipe y Astrid.
Según informó la agencia Belga, la vista de este martes tuvo lugar a puerta cerrada y tuvo carácter introductorio respecto al caso, en el que Delphine Boël busca probar que es hija natural del rey de los belgas. Boël ha asegurado que decidió recurrir a la justicia después de haber "intentado retomar la comunicación con Alberto por carta, a través de líderes religiosos y de otros intermediarios con el fin de normalizar nuestra situación" y constató que todo había "fracasado"..
pruebas de adn A mediados de junio, esta artista plástica presentó ante el tribunal la petición de reconocimiento paterno, en la que incluyó que se hagan pruebas de ADN a sus supuestos medio hermanos, los príncipes Felipe y Astrid, hijos mayores de Paola y Alberto de Bélgica, ante la práctica imposibilidad de que el jefe de Estado pueda ser citado por la Justicia.
La baronesa Sybille de Selys-Longchamps comenzó una relación amorosa con el príncipe de Lieja en 1967, estando ambos casados, y un año después nació Délphine, cuya existencia se hizo pública en 1999 a raíz de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola.
El entonces príncipe heredero de Bélgica y la baronesa de Selys tuvieron una relación que duró una década, en la que según ella ha revelado, Alberto veía con frecuencia a la niña, que a su mayoría de edad supo que era su padre.
En la demanda, la mujer pide también la comparecencia de Jacques Boël, casado entonces con la baronesa, informó por su parte el diario Le Soir en su edición digital.
La demandante no ha solicitado una prueba de paternidad a Jacques Boël, según ese medio, que también cita al consejero del rey, Alain Barenboom, para declinar cualquier comentario del caso y señalar que sus clientes "están sometidos al código civil, han sido atacados y se defienden".
Alberto II nunca ha admitido oficialmente que la mujer sea su hija, pero sí reconoció implícitamente su paternidad durante un discurso de Navidad en el que abordó la "crisis" que sufrió su relación con la reina, con quien se casó en 1959.
Berenboom indicó, según Le Soir, que en alguna ocasión él mismo intervino, en el nombre de la Casa Real belga, para ayudar profesionalmente a la mujer, que en su demanda se queja de haber sido relegada y sufrir discriminación por esa presunta relación familiar.
"He adoptado esta acción extremadamente difícil porque la situación en torno a mi existencia ha degenerado en discriminación hacia mí y mi familia", aseguraba la semana pasada en un comunicado recogido por Le Soir.
"Hace algunos meses, contacté con una empresa que no quería colaborar con ella debido a su delicadas relaciones con Palacio. Me sorprende que alegue discriminación a su respecto", agregó el consejero de Alberto II.
El mismo medio señala que el próximo 3 de septiembre ese tribunal reunirá a los representantes legales de ambas partes para fijar el calendario del caso.