Vitoria. Hace ya unos meses que la galería Trayecto inicio un nuevo programa de trabajo que va más allá del habitual ritmo expositivo de otras salas, un proyecto para detenerse y analizar el concepto del arte, su labor. Bajo este paraguas se puso en marcha el programa Reposiciones con la idea de recuperar piezas ya conocidas para lanzarlas una nueva mirada tanto artística como histórica, al tiempo que se contextualizan desarrollando diferentes materiales paralelos, como entrevistas con los autores, que van a formar un corpus que llevará la propuesta más allá de las paredes del espacio sirviéndose de Internet.
"Ha sido una apuesta acertada con la que estoy muy contento", explica el galerista y artista Fernando Illana, cada día más convencido de seguir con el proyecto aunque tras el parón estival se vaya complementando con otras líneas de actuación. Pero antes de ese periodo de vacaciones teóricas, Reposiciones abrió ayer su cuarta entrega, una invitación al público que esta vez protagoniza Ángel Marcos.
Del fotógrafo de Medina del Campo, que está presente también en estos momentos en la Bienal de Venecia, se ha recuperado Los bienaventurados, una serie de trabajos realizados en 1997 con el objetivo de poner en primer plano la condición humana y su relación con el concepto de vulnerabilidad. "Hoy ya no sabemos si vivimos en una sociedad de derechos o en una sociedad de afectados", describe Illana.
Y puede que hayan pasado 16 años desde la realización de las imágenes, pero es indudable, máxime teniendo en cuenta los tiempos actuales, que su temática no ha perdido ni un ápice de actualidad. Es más, puede que incluso haya ganado en ese sentido. "Nunca tuve intención de ser profeta, pero...", asegura Marcos.
"Ahora que vuelvo a ver este trabajo me encuentro explicado, sobre todo en un momento actual en el que el sistema del arte parece estar metido una conducción temeraria que no se sabe hacia dónde va", describe el fotógrafo a la hora de volver la vista hacia sus obras y recodar que fueron realizadas en un instante de especial relevancia para su persona. "Supuso mucho para mí, aquello fue terriblemente gratificante para mí", rememora.
De todas formas, ahora es el momento de las miradas de los otros, de enfrentarse, en el mejor sentido, a este acercamiento visual a una sociedad que fue y que parece haber ido a peor. Y hacerlo de la mano de un creador que ha traspasado fronteras con su reconocida trayectoria artística.