barcelona. El libro Querido Salvador, querido Lorquito reúne por primera vez toda la correspondencia cruzada entre el poeta andaluz Federico García Lorca y el pintor catalán Salvador Dalí, que incluye algún documento inédito.
El periodista y estudioso Víctor Fernández explicó ayer que se trata de "una recopilación de las cartas conocidas", a las que han intentado añadir "algún documento que no se conociera, como una carta de Dalí a Lorca en la que habla del Ulises de Joyce, que no se conocía apenas". Fernández ha sumado a esa correspondencia cruzada el epistolario de Lorca con la hermana de Dalí, Ana María, con su padre y con Lidia de Cadaqués, o nuevos documentos que ha encontrado como un dibujo que el propio Dalí pide que se llame Lorca Dalí (1926), que es de una colección privada. También es inédita una hoja de carta de la finca de Coco Channel, donde estuvo hospedado Dalí, en la que el pintor ampurdanés dibuja una cabeza de un Lorca que ya estaba muerto.
Fernández trata de deshacer el mito de la posible traición de Dalí a Lorca y las razones de aquel olé que exclamó tras conocer su muerte: "En una de las cartas explica que aquel olé era como el grito desgarrador del flamenco o la expresión que se lanza al torero tras una buena faena", aclara. Querido Salvador, querido Lorquito (Elba Editorial) concluye con una carta al director que escribe Dalí en 1986 a El País, a modo de epílogo de aquella relación, y que fue el último escrito que hizo poco antes de morir; una misiva, según Fernández, "en la que rechaza que aquella relación fuera como una azucarada novela rosa, cuando en realidad fue un amor erótico y trágico por el hecho de no poderlo compartir". De hecho, después de la muerte de Gala, sostiene Fernández, "Dalí se dio cuenta que había perdido alguna cosa". Lorca estuvo presente a lo largo de toda su vida y, como el propio especialista en el pintor, Rafael Santos Torroella, señala, "hay una época lorquiana", que sitúa entre 1925 y 1927. Según el editor, "la relación homosexual no gusta a algunos expertos que niegan esa etapa lorquiana e incluso llegan a negar que Lorca aparece en los cuadros de Dalí". La principal obra que Lorca dedica al ampurdanés es Oda a Salvador Dalí. Y hay dos cuadros de Dalí que son las obras culminantes en su relación con Lorca: La academia neocubista y La miel es más dulce que la sangre, éste en paradero desconocido.
Fernández asegura que "hay constancia de cartas destruidas, que es la gran tragedia, especialmente de Lorca a Dalí, pues en sentido inverso se conservan seguramente el 90%". El especialista señala a dos mujeres como culpables de la desaparición epistolar: Ana María Dalí, que vendió muchos documentos cuando Dalí fue expulsado por su familia; y Gala, que mantuvo una especial animadversión hacia Lorca, seguramente por "celos".