"La reina descalza no es un libro que narra la vida de alguien que haya pertenecido a la monarquía. Se habla de la reina del cante, de las gitanas que en aquella época -el siglo XVIII- iban descalzas", de esta forma aclara Ildefonso Falcones el eje central de su última novela. Es un autor de éxito que vio cómo los lectores desbordaban todas las expectativas con su primera publicación, La catedral del mar. En este libro ha partido de un hecho histórico, la decisión del marqués de la Ensenada de acabar con la raza gitana.
La novela que ha alumbrado Falcones se adentra en un siglo en el que imperaba el absolutismo y la falta de derechos básicos de los ciudadanos, por lo que niega que pueda darse cualquier parecido con la actualidad: "Pongámonos en el siglo XVIII, nosotros seríamos unos desgraciados, seríamos unos oprimidos. Hay que darse cuenta de lo que hemos conseguido hasta ahora, el que no fuera noble o rico lo pasaba fatal; la mayoría de la población estaba totalmente sometida a la voluntad del poder. Lo que estamos perdiendo ahora es el bienestar, pero no los derechos, ni la posibilidad de luchar por ellos", argumenta Falcones para negar cualquier similitud entre la época actual y el siglo XVIII donde discurre la trama de La reina descalza.
Falcones destaca a lo largo de la entrevista la persecución que ha habido a la raza gitana, un hostigamiento que comienza mucho antes que el siglo que ampara el argumento de su novela: "Desde los Reyes Católicos se han dictado un gran número de pragmáticas que han tratado de asimilar la raza gitana o, simplemente, de que desapareciera. Nunca lo han conseguido. Creo que es un pueblo que se ha reído de todo, ya podían hacer de todo que ellos seguían hacia delante".
El autor catalán asegura que hacia mitad del siglo XVII el marqués de la Ensenada decide exterminarlos de una forma drástica: "Él decide exterminarlos como raza y manda a sus hombres a detener a todos los gitanos en un mismo día. A los varones mayores de siete años los envía a los arsenales militares y a las mujeres a las cárceles, en ambos casos de por vida. Se parte de la idea de que por falta de contacto sexual en un par de generaciones dejarían de existir".
Los planes del marqués de la Ensenada fallan cuando detiene a los gitanos asimilados, los que están integrados en la población, y no lo hace con los que le molestaban, los trashumantes, los que iban de pueblo en pueblo. ¿Una raza incomprendida?: "Una raza incomprendida y una raza que tampoco pretende ser muy comprendida. La comunidad gitana es egocéntrica, existen ellos, a los payos los miran desde su punto vista... Hay que andarse con tiento, no sé si realmente ellos están por la asimilación absoluta, creo que no, creo que pretenden seguir siendo gitanos, el orgullo de raza no lo van a dejar nunca", asevera convencido.
Ildefonso Falcones es un abogado en pleno ejercicio de la profesión, aunque dice que ha conseguido liberarse de mucho trabajo y compartir su bufete con unos socios muy competentes que le permiten dedicarse a la literatura cuando tiene una historia que contar. Su primer libro, La catedral del mar, sigue siendo un éxito literario. Falcones recuerda cómo fue acogido este libro en el mundo editorial: "La mandé a todas las editoriales y todos la rechazaron, menos la que la publicó que no dijo que no, pero la tuvo dos años en stand by", comenta el autor.
Está considerado con su dos primeras novelas como un escritor de best seller. Asegura que la crisis económica se ha dejado sentir en el mundo editorial: "Yo no me puedo quejar, soy un autor que vendo, pero es cierto que las ventas de libros han bajado mucho".