La gala de entrega de premios de mañana les llega en pleno proceso de puesta en marcha de su próximo proyecto, una obra coproducida con el Centro Dramático Nacional (CDN) que no tiene nada que ver ni en el fondo ni en la forma con 'Avanti'. ¿No les pilla un poco de aquella manera la cita con los Max?

Charo: Bueno, es que Avanti no ha terminado, seguimos haciendo actuaciones y nos encanta que así sea. De hecho, esperemos poder hacer todavía muchos otros bolos de este montaje. Así que no nos pilla tan descolocados.

Mikel: Siempre trabajamos en tres líneas de actuación porque nos permite estar muy despiertos. Uno es el camino de Avanti, es decir, la producción propia, buscando de manera continua la colaboración con la gente de aquí, cercana. Ya estamos buscando el siguiente texto, que también queremos que sea un poco gamberrete, para empezar la producción este año y estrenar el que viene. La otra línea es la que ahora estamos desarrollando con el CDN, es decir, una coproducción con una entidad pública, además de este calibre. Y luego está la tercera senda que consiste en las distintas colaboraciones que hacemos con otras compañías. Es el caso de Eling, que hemos terminado ahora la gira, aunque ya estamos con otras dos productoras que están poniendo en marcha otras propuestas y que, de alguna manera, quieren contar con nosotros.

Es la segunda vez que están nominados al mejor espectáculo revelación en los Max. La otra vez, aunque estuvieron cerca, no hubo suerte. En esta ocasión...

Charo: Estamos igual. Ya somos Premio Revelación de Euskadi y ahora nos enfrentamos al resto de las autonomías.

Mikel: El hecho de ser la mejor compañía vasca es casi ser la mejor compañía nacional (risas). Elegir la mejor producción de cada autonomía... es muy complicado. Hay muy buenas propuestas a nivel nacional, además obras que no se ven en Madrid, que es uno de los aspectos importantes de este premio, resaltar el trabajo de grupos que son, en realidad, los que sostienen el circuito estatal aunque no pasen por la capital. Nosotros hemos visto cuatro o cinco montajes con los que, en teoría, competimos, y son trabajos de muy buena factura. No pasaría nada por no ganarlo.

Charo: De todas formas, ya hay un premio que tienes asegurado que es el de espectáculo revelación en Euskadi y eso también es interesante. Mucho.

Mikel: Sí bueno, aunque no se nos vea en Euskadi.

Charo: Ya. Trabajamos muy poco aquí y con Avanti poquísimo. Ha sido más fuera de Euskadi.

Que es algo que parece que le pasa a mucha compañía alavesa...

Mikel: Sí, sí. Gipuzkoa no existe.

Charo: Si hay alguna apuesta es desde Bizkaia. También es verdad que en Gipuzkoa se programa muchísimo en euskera y los grupos que nos dedicamos en Álava al público adulto no trabajamos tanto en ese campo. Los vizcaínos sí que te llaman más, pero nada que ver con Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid, Galicia...

Mikel: Y eso que los dos somos de cuna guipuzcoana.

¿Pero hay alguna razón, más allá del tema del idioma?

Mikel: Existe una estructuración de Euskadi a nivel escénico que dice que Gipuzkoa es el centro del teatro para adultos de interior, Bizkaia el del teatro de calle, y Álava el del teatro para niños. Esa estructura cada vez está más aceptada. Y luego están las manías y rollos territoriales. Los alaveses siempre partimos desde una desigualdad absoluta. En Gipuzkoa y Bizkaia tienen ayudas a las artes escénicas de las diputaciones y de los ayuntamientos. Álava no tiene ni del Ayuntamiento de Vitoria ni de la Diputación. Entonces, claro, te dicen "primero que os cuiden en casa y luego vienes por aquí" (risas). La concepción del apoyo a las artes escénicas es diferente.

Y todo esto se produce en un momento de crisis que afecta a todo y a todos, pero que con la cultura se está cebando todavía más. ¿Ustedes cómo lo llevan?

Mikel: El hecho de nunca haber tenido ayudas nos ha hecho ser bastante ermitaños en nuestro trabajo.

Charo: Hemos realizado mucha inversión artística, no tanto inversión relacionada con locales, estructura... Hemos apostado siempre por la parte artística.

Mikel: Siempre hemos tenido ese concepto de llevar la mochila bastante ligera. Eso nos ha permitido combatir la crisis con cierto orden. Además, la diversificación de proyectos, el poder compaginar unas cosas con otras, también ayuda. Eso sin olvidar que tampoco hemos subsistido mucho de las subvenciones. Eso no quiere decir que no nos joda bastante el tema. Yo llevo 36 años en Vitoria y nunca he tenido una subvención ni del Ayuntamiento de Gasteiz ni de la Diputación de Álava. Eso te hace fuerte pero por cojones (risas). Nosotros tenemos una relación muy buena con Marta Monfort (responsable de la Red Municipal de Teatros), y ella muestra un gran reconocimiento hacia nuestro trabajo. Pero la realidad de nuestro mercado en Vitoria es que a lo largo de un año actuamos un día en la ciudad. Sin embargo, no deberíamos olvidar que este año vamos a facturar como empresa un dinero que va a generar unos ingresos a las arcas forales. Eso sí, Traspasos tiene un cierto reconocimiento a nivel nacional. Algunos nos han visto trabajar durante años y creo que les interesamos mucho.

Pero más allá de que la tarjeta de presentación sea buena, seguro que en más de un escenario les han dicho que encantados, pero que de cobrar, la mitad.

Charo: Sí, sí, ni lo dudes.

Mikel: Eso y que se va imponer el modelo argentino de toda la vida, es decir, la colaboración de todo el mundo, la creación de cooperativas. Mira, por ejemplo, no hemos hablado del tema del IVA al 21% pero eso está creando situaciones dramáticas. Antes, donde había dinero privado era en Madrid y Barcelona y sus circuitos aguantaban. Hoy Barcelona ha desaparecido y Madrid ha bajado un 35%. De cada 10 euros que pone el espectador, el 21% es IVA, el 10% es SGAE, y el 5% es derecho de taquillas, es decir, tienes que descontar de esos 10 euros de entrada el 40%. Si vas a medias con el teatro donde haces la representación estás hablando de que cada compañía que va a Madrid, en el mejor de los casos, se queda con un 30% de la taquilla.

Charo: Y claro, eso es del todo inviable, no hay por dónde cogerlo. A nivel de circuito nacional cada vez se está apostando más por el sistema de ir a taquilla. Si llevas como cabeza de cartel algo o a alguien muy conocido, a pesar de todo lo que ha explicado Mikel, puedes ir tirando. Pero si no es el caso, es muy difícil poder hacer algo.

Preguntaba por esto porque una de las características de 'Avanti' fue involucrar a personas de otras compañías profesionales alavesas en el reparto como modo, también, de comprometerse ante la crisis.

Charo: Así lo hicimos y con esa intención de decir que tenemos que colaborar para salir. De todas formas, no fue con el planteamiento de levantar una cooperativa de las que hablaba Mikel y que ya estamos viendo fuera de aquí. Tenemos compañeros en Madrid que han hecho eso, una cooperativa de verdad, es decir, nos reunimos aquí una serie de profesionales, montamos este espectáculo porque nos interesa y hacemos el trabajo sin remuneración. Que hay representaciones y salimos hacia adelante, fenomenal. Que no, pues mira, esto es lo que hay y ya está.

Vamos, que se está volviendo a lo de hace 40 años.

Charo: Efectivamente. Bueno, eso está pasando allí, aunque a nivel de Euskadi no tengo esa sensación. ¿Lo vamos a tener que hacer? Pues casi que sí.

Mikel: El problema no es colaborar. Lo que tienes que hacer es diversificar. No puedes mantener Avanti si todos los que componen el reparto sólo viven de esta obra. Lo bueno sería, sin renunciar a la personalidad de cada uno, generar estructuras comunes, donde se pueda aprovechar más el trabajo de cada uno. Un director tiene que hacer, como mínimo, dos espectáculos al año para que su trabajo sea rentable. Y un actor debe hacer unos 70 bolos al año. Pero eso es imposible en una sola compañía.

Mal panorama.

Mikel: Y, sin embargo, en el teatro, y tengo la sensación de que esto pasa en el resto de las artes, estamos en un crecimiento creativo impresionante. Es curioso que a medida que baja el agua de la economía, sube la capacidad creativa. Si el público ha bajado un 40%, la calidad artística ha subido un 50%. No hablo de escenografías y de las envolturas de los espectáculos. Hay que sorprender con lo que dices. No creo, como decías antes, que estemos retrocediendo 40 años, sino que estamos recuperando cosas que nos habíamos dejado por el camino. El futuro nos lo dejamos atrás hace tiempo. Nos hemos pasado de frenada. Y hay que volver a recoger cosas que nos dejamos y que tenían mucho valor, aunque no se lo dimos. Hay que recuperar la emoción del teatro, el texto, la comunicación, la relación actor y espectador.

Ahora están inmersos en la coproducción de un nuevo espectáculo junto al CDN que se estrenará el 20 de septiembre en Madrid del que se puede contar...

Mikel: A partir de Me llamo Rachel Corrie (2009) teníamos sobre la mesa una y mil problemáticas que poder abordar y que se nos escapaban. Queríamos seguir en esa línea de mirar a la vida, de contar lo que pasa. Soy de los que está convencido de que Shakespeare creó tantas obras que han sobrevivido en el tiempo porque tomaba las historias de su realidad cercana. En nuestro caso, a raíz del contacto con diferentes reporteros de guerra como Jon Sistiaga o Mikel Ayestarán, entre otros, empezamos a trabajar sobre la idea de la violación de los derechos humanos y las mujeres. A cinco autores distintos les hemos encargado otros tantos textos, historias que estarán entrelazadas. No es una cuestión moralizante entre la Europa que hoy está desahuciada y el África que intenta sobrevivir, sino un acercamiento directo y sincero. Es un trabajo muy arriesgado en el que llevamos tres años, que incluso teníamos previsto, en un principio, hacerlo para finales del año pasado, aunque la entrada del CDN hizo que todo se retrasase.

Trabajar con el CDN aporta prestigio, visibilidad, dinero...

Mikel: Vértigo, responsabilidad (risas).

Charo: Es un reconocimiento a una labor de mucho tiempo, eso está claro. Es poner en valor nuestra trayectoria. Es cierto que ahora vamos a coproducir, pero llevamos mucho tiempo en contacto con ellos.

Mikel: Y se tiene que tener en cuenta que es la primera coproducción que hace una compañía vasca en exclusiva con el CDN, sin que esté de por medio el Arriaga o el Victoria Eugenia.

Charo: Ha sido producto de un trabajo de mucho tiempo. El hecho de ser también compañía consolidada con el Gobierno Vasco te ayuda a llegar aquí, porque eso te sirve para moverte a estos niveles, a contactar con sectores de Madrid y Barcelona.

Mikel: Estar en el CDN un mes es un escaparate impresionante. Va a pasar mucha gente a verte y el vértigo es que muchas de estas personas tienen que ver en este proyecto tus 25 años de profesión. Es un examen.

Charo: Pero tranquilo, que últimamente estás un poco nervioso con eso. Sí, vamos a estar un mes en Madrid pero no es la primera vez que actuamos allí.

Mikel: No, no, si yo estoy vertiginosamente encantando (risas).