No es la primera vez que estas imágenes se encuentran con la mirada del espectador en la capital alavesa, aunque ha pasado ya un tiempo más que prudencial entre aquellas exposiciones en lugares como la Escuela de Artes y Oficios y la cita que ahora tienen estas creaciones en el Querida María, donde permanecerán hasta finales de junio. Javier Barrio recupera así un proyecto en el que la cultura aborigen, sin en realidad estar presente en las instantáneas, es la verdadera protagonista.
El contexto fue un viaje realizado en 2008 a lo largo de unas 22 horas en un ferrocarril. El resultado, tras la selección pertinente, es Australia: The Ghan, seis imágenes en que se habla de algo más que ese camino. Bueno, en realidad habría que referirse a una séptima, la que encabeza la presentación de la muestra y en donde se pueden ver dos banderas: una es la de los aborígenes; la otra, la que representa a la oficialidad blanca.
El movimiento del tren y la suciedad de los cristales, producida por la tierra del recorrido que realiza, fueron los dos grandes enemigos de la cámara de Barrio, que aún así consiguió acumular unas 150 instantáneas tomadas al amanecer y en las primeras horas del día. De ahí vino después la selección que compone la muestra final, una composición que también en 2010 se pudo ver en el centro cívico Hegoalde tras su paso por Artes y Oficios.
"En los viajes que suelo hacer me gusta sacar la esencia y en éste en concreto el tren The Ghan era el objetivo. La intención era evocar los tiempos en los que los aborígenes australianos vivían cuidando de la naturaleza y sin sentir el ruido de la nueva civilización, representada en este caso por un ferrocarril que se construyó a mediados del siglo XIX y que rompió con todo su silencio", describe el fotógrafo.
El tren hace un recorrido entre Adelaide y Darwin, llevando su sonido por un amplio y basto territorio, aunque en el caso de Barrio su camino se detuvo en Alice Springs. Es decir, en esas 22 horas fue de sur a norte para encontrarse con la cultura aborigen. "Al principio estás muy cómodo, pero según va pasando el tiempo, y más si viajas en tercera como nosotros, notas el cansancio", recuerda el autor, al tiempo que describe que su intención era también entablar conversaciones con los aborígenes que iban en el ferrocarril "pero son muy esquivos a la hora de expresar sus sentimientos y más si les preguntas por la relación con la otra comunidad. Ahora parece que los australianos están intentando asimilar la cultura aborigen, pero ya veremos qué pasa".
De todas formas, cualquier espectador que se acerque por primera vez o de nuevo a las imágenes de Barrio puede sorprenderse al ver un trabajo fotográfico sobre una población que ni siquiera de manera remota aparecen en las instantáneas. "Esa es la escénica de la exposición. Quien mira las fotografías se tiene que imaginar cómo era la vida de los aborígenes sin el tren, sin el ruido, sin la atmósfera de la nueva civilización. Por eso este recorrido", comenta.
"El trabajo fue complicado tanto por el movimiento del tren como por la tierra rojiza que impregnaba los cristales, pero bueno, fue cuestión de ir haciendo y de aprovechar también lo que ofrece el photoshop", dice con media sonrisa el autor de las imágenes. Ahora The Ghan vuelve a estar en marcha conectando Australia con Vitoria.