Barcelona. Los directores de los festivales Internacional de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos; de Cine de Sevilla, José Luis Cienfuegos; e Internacional de Cine Fantástico de Sitges, Àngel Sala, cerraron filas ayer en torno a la reclamación de una ley de mecenazgo para incentivar la inversión privada.

En la presentación de la nueva categoría Cine-Empresa Dramanagement en los festivales de la mano de la entidad Cookie Box, Rebordinos defendió que "el dinero público debe estar en el mundo del cine y de la cultura", pero señaló la necesidad de una ley de mecenazgo y de desgravaciones fiscales para hacer atractiva la aportación privada. El director del Zinemaldi deseó un equilibrio entre lo público y lo privado, mientras que el líder del festival de Sitges destacó: "Necesitamos urgentemente una ley de mecenazgo para poder cubrir estas necesidades. A los gobernantes no les estamos pidiendo más dinero, sino legislar y gobernar". Cienfuegos lamentó que el debate de la inversión de las empresas privadas en cine tiene una antigüedad de 15 años, y es que "las empresas no están mentalizadas", lo que Sala atribuyó a que el ámbito empresarial y el cinematográfico llevan demasiados años viviendo de espaldas, aunque actualmente se está llevando a cabo una transición en este sentido.

Los tres festivales contarán en sus próximas ediciones -septiembre en San Sebastián, octubre en Sitges y noviembre en Sevilla- con una categoría especial dedicada al ámbito de la empresa que proyectará cortometrajes elaborados por profesionales del sector por encargo de entidades para transmitir algún valor, pero sin exhibir en ningún momento la marca. Así lo explicó el cofundador de la consultoría de organizaciones Cookie Box, Sergi Corbeto, que lleva más de 4 años y medio en este cometido, con 42 cortometrajes a sus espaldas, con colaboraciones de Leticia Dolera, Laia Marull y Paco Plaza. "Una buena película me ha servido para cambiar una conducta, y ser un poco mejor persona", destacó Corbeto, profesor de la escuela de negocios Esade, quien explica que los fundadores de Cookie Box llevan más de 20 años haciendo pedagogía de management, y desde hace poco han visto la opción de transmitir ideas y valores a través del cine. Las empresas, multinacionales y pymes, se acercan a Cookie Box para conseguir dinamizar unos valores de comunicación corporativa o con el fin de que los empleados de una compañía sean "más felices", pero con una acción cinematográfica que va más allá de un lipdub, por ejemplo, dijo el cofundador de Cookie Box. Rebordinos subrayó que "cine y empresa no da igual a cine publicitario", aunque sea la primera percepción que pueda tener el receptor, y Àngel Sala destacó la necesidad de abrir fronteras al cine, y no limitarse a que los festivales sean un desfile de moda.