Pamplona. "POR acercar la cultura a través del cine adaptado a las personas con discapacidad visual y auditiva de un modo normalizador e inclusivo". Es el motivo que argumentó hace unas semanas la delegación de la ONCE en Euskadi para conceder uno de sus Premios Solidarios a Navarra de Cine SL en la categoría de ONG, entidad, organización o institución. Y es que, desde su sede del Polígono Industrial de Mutilva, esta empresa lleva casi una década trabajando por normalizar en distintas ciudades del Estado la asistencia de personas con discapacidad a las salas, adaptando a sus circunstancias las mismas películas de estreno que ve el resto del público. La última, Los amantes pasajeros, de Pedro Almodóvar. Cine accesible. Es el nombre de este proyecto que cuenta con el respaldo fundamental de la Fundación Orange. "Sensibilizar al espectador discapacitado para que sepa que puede disfrutar del ocio como cualquier otra persona" y "a la industria cinematográfica para que introduzca la accesibilidad en el ciclo vital de las películas", desde su proyección comercial hasta el mercado del DVD, son los objetivos fundamentales de esta iniciativa, tal y como explica el director de Navarra de Cine SL, Dimas Lasterra. Durante los últimos cinco años, estos fines han evolucionado en paralelo al desarrollo de la tecnología necesaria para adaptar las salas y que ha desembocado en la creación de un software, AccePlay, patentado por la empresa navarra e instalado ya en salas de Pamplona (Saide), Bilbao, Valencia, Palma de Mallorca y Zaragoza, y que este año llegará a Málaga, Madrid y Barcelona. En el horizonte, la propuesta 50x50, que consiste en llegar a las 50 salas con 50 títulos adaptados al año, además de consolidar un videoclub on line que ya funciona y que conforma una oferta única en Internet para este segmento del público.

los inicios

Una sección del Festival de Cine de Pamplona

El germen del proyecto se sembró en 2003 en el seno del Festival de Cine de Pamplona, otra de las líneas de trabajo de la empresa. "Era el Año Europeo de las Personas con Discapacidad y la Asociación Retina Navarra nos propuso organizar alguna actividad", cuenta Lasterra, que se sonroja cuando piensa en "cómo lo hicimos: sin medios, de una forma precaria, locutando la audiodescripción desde los pasillos de la Saide, con los subtítulos en Power Point..." Pero los espectadores "acabaron muy contentos" y lo siguiente fue el proyecto 12 noches de cine, que adaptó una docena de títulos en 2004, uno por mes. Entonces "ya habíamos pensado en que había que crear otra tecnología" y se sentaron las bases de un modelo que hoy en día se mantiene y que se articula en dos elementos: una pantalla debajo de la gran pantalla de cine para pasar los subtítulos en colores según los estándares internacionales y unos auriculares para la audiodescripción, que solo llega a quienes la necesitan. De este modo, los espectadores con y sin discapacidad pueden convivir sin problemas en la misma sesión.

El trabajo, eso sí, se ha ido perfeccionando hasta alcanzar la automatización. En esta fase, la implicación de la Fundación Orange en 2007 fue determinante. "Se pusieron en contacto con nosotros por una sección de películas hechas con teléfonos móviles que hicimos en el festival, descubrieron Cine accesible y nos dijeron que les interesaba; ahí empezamos a tomárnoslo en serio como línea de negocio", apunta Lasterra. Desde entonces y hasta 2012, Navarra de Cine ha realizado más de 1.000 proyecciones en todo el Estado, la mayor parte de ellas llevando sus propios equipos técnicos y humanos a las salas. Este escenario, sin embargo, ha cambiado recientemente con la implantación del AccePlay, un software que la empresa desarrolló con la Universidad de Deusto con una ayuda de 30.000 euros del Gobierno foral y que ha simplificado mucho el proyecto, ya que las salas interesadas lo demandan, se les instalan los equipos y a partir de ese momento pueden programar las sesiones que quieran. "Así están equipadas para exhibir películas adaptadas en todo tipo de formatos, 35 mm, DVD o cine digital", indica Lasterra.

proceso creativo

Colaboración con la industria

De manera simultánea al desarrollo técnico del proyecto, los responsables de Navarra de Cine han empeñado muchos esfuerzos en ganarse la confianza de la industria cinematográfica en general y de las distribuidoras en particular. "Empezamos adaptando películas españolas pequeñas y poco a poco hemos ido adquiriendo credibilidad y consiguiendo la atención de las multinacionales", subraya Iñaki Arrubla, encargado de la parte creativa, es decir, de elaborar los guiones de la audiodescripción y de las acotaciones en los subtítulos. "A algunas distribuidoras les extrañaba que una empresa de Navarra les pidiese una copia de Harry Potter antes del estreno; abrimos brecha cuando vieron que no estábamos solo en los cines, sino también en el DVD, con títulos como Alatriste o El laberinto del fauno", añade. Así, a día de hoy, en el caso del cine español reciben los títulos 15 o 20 días antes de su estreno, lo que les permite llegar a tiempo al estreno, y, en cuanto a las producciones internacionales, "aun no esponjan sus tiempos para ajustarse a los nuestros; temen mucho la piratería y no nos mandan la copia hasta el último momento", señala Lasterra.

Pese a tener que acompasar su paso al de la industria, la relación se ha estrechado mucho en los últimos tiempos y, actualmente, Navarra de Cine ha generado "una mini red de salas" en distintas ciudades que estrenan un título accesible cada dos semanas, entre ellos, éxitos absolutos como Los amantes pasajeros, Gangster Squad, Dyango desencadenado, Tadeo Jones, etcétera. Y estos días están esperando a que les llegue Los últimos días, lo nuevo de los hermanos Pastor, y Tesis para un homicidio, del argentino Hernán Golfrid, entre otros. "La industria nos ha metido dentro de sus agendas y algunas productoras negocian con nosotros incluso antes de terminar los rodajes; así podemos planificar el trabajo mejor", insiste Arrubla, que necesita alrededor de diez días o dos semanas para adecuar cada cinta.

En estos momentos, Cine accesible produce unos 25 filmes adaptados al año, "y el objetivo es llegar a 50 en 50 salas", aunque Arrubla confiesa que las cifras no les obsesionan. "No queremos adaptar todos los títulos, sino escoger bien entre los seis o siete estrenos que llegan a las carteleras cada semana" para que el público con discapacidad visual y auditiva de la máxima calidad.