LA actual crisis económica está afectando de modo particular a las empresas periodísticas y audiovisuales. Despidos, reducciones de plantilla, cierres de cabeceras... están a la orden del día y tanto en las de titularidad privada como en las públicas, los ajustes, reformulaciones y adaptaciones de las mismas al mercado presente se suceden sin solución de continuidad. Bajadas de contratación publicitaria por encima del 30% y 40%, restricciones de subvenciones públicas y complicaciones para facturar han producido duros ajustes en los medios de comunicación. En el campo de los entes públicos de radio y televisión, ajustes, EREs y amenazas de desaparición son moneda corriente en el actual devenir de los medios y algo parecido ha ocurrido en Euskal Irrati Telebista, ya que el nuevo equipo directivo con certera decisión y tino recortador ha tomado la sensata decisión de eliminar costos poco eficaces y eficientes en el orden de la distribución de señales de televisión por satélite y de radio con los ondas medias de Radio Euskadi, Euskadi Irratia y Radio Vitoria. La radio española tras la desaparición del franquismo se desarrolló en el nuevo ámbito de la libertad de informar en el campo técnico de las frecuencias moduladas que dejaron de ser canales para la difusión de música y se convirtieron en poderosos soportes para la emisión de la radio generalista o convencional, que es la de gran consumo en nuestra sociedad. La Onda Media parecía amenazada y algunos teóricos vaticinaron su desaparición para el pasado horizonte del 2000. El futuro del consumo radiofónico no está en estas frecuencias caducas. Las ondas medias de EITB no han aguantado el embate de la racionalización de recursos y su desaparición estaba cantada. Mucho gasto y escaso aporte de audiencia es binomio que no aguanta la modernidad.
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