Había dirigido ópera y danza, pero el cineasta Carlos Saura se convierte en debutante a sus 81 años en el género del teatro de palabra. Lo hace nada menos que con El gran teatro del mundo, de Calderón de la Barca, pero con una versión "popular, libre e irrespetuosa" que estrena el 4 de abril en Madrid. "Es una obra magnífica pero muy difícil de entender", explicó ayer el realizador, que invitó ayer a la prensa "al ensayo de un ensayo" en el Matadero de Madrid, donde la obra estará hasta el 5 de mayo. Sus señas como cineasta están presentes. Su debut hace metateatro de una obra que ya reflexionaba sobre el mundo como escenario y levanta una función sobre "cómo se pueden trenzar los mimbres para llegar a hacer una obra".