Madrid. Kiko Veneno está en plena ebullición cívica -no tarda ni 10 minutos de entrevista en cargar contra los partidos- y también creativa, cociendo discos a pares como el audaz Sensación térmica, un "desafío" que a sus 60 años le ha "rejuvenecido".
"Quentin Tarantino decía que quería hacer muchas películas mientras fuese joven, porque cuando los directores llegaban a los 60, les quedaba poco impulso sexual y solo repetían sus ideas. Yo debe ser que todavía tengo mucha testosterona", bromea. En el caso de su último lanzamiento, ha trabajado con Raül Fernández Refree. Este moderno productor indie y el creador de Volando voy han consolidado un ramillete de canciones atípicas con elementos de "electrónica freak". Juntos cincelaron canciones atrevidas como Sensación térmica, "un cuplé pasado por una actitud más roquera o contemporánea"; Los planetas, que apenas tiene estribillo, o La malagueña de San Juan de la Cruz, en la que juega con la "sonoridad sublime" de la poesía mística de este autor medieval.