PELLO Sarasola es el nuevo director de ETB, forjado en la casa desde sus iniciales tiempos de sociológico explorador de audiencias y audímetros en compañía de otro sociólogo, Manu Castilla, quien ilumina la estrategia comunicativa de Lehendakaritza. Tras su etapa en ETB trabajó en Antena 3 de la mano de M. Lejarza y, tentado para Cafarell para dirigir TVE, decidió quedarse con Lara, aterrizando en EITB en el tramo final de la pasada legislatura. Pasa Sarasola por un complicado trance, pero su energía, voluntad de superación y optimismo le ayudarán a evitar la trampa que la vida le ha colocado en el camino. Me hablaba hace unos días sobre los modos de hacer tele en el Estado y me resaltaba la diferencia abismal entre A3 y T5 en todo lo que tocan y producen. Los de Antena 3 buscan un modo moderno, sencillo y empático de hacer frente al planteamiento de las desaforadas huestes de Vasile en dura pelea por audiencia, pasta y liderazgo. La trayectoria de Mediaset, empresa del italiano Silvio Berlusconi, presenta una sucesión de programas, contenidos y tratamientos próximos al amarillismo, sexismo facilón y continuo ruido mediático. Desde las históricas e histriónicas MamaChichos hasta los episodios más truculentos de Sálvame, el quehacer de T5 lleva las marcas del sensacionalismo, lágrima fácil y continua intromisión, consentida o devenida, en la privacidad de quienes se atrevan a pisar los platós de Fuencarral. El grito, la exhibición corporal, la búsqueda enloquecida de pasiones y sentimientos extremos alimentan la creatividad de guionistas y realizadores de una tele ansiosa de emociones, que se ha saltado los esquemas de producción y realización y que está cómoda en el fango y pelea barriobajera. Como bien decía Sarasola, los de Tele 5 están a otra cosa en esto del negocio televisivo.
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